Son casi las 11 de la noche, y aquí sentada al computador deseo profundamente moldear las letras para reverenciar tan hermoso día. Fue tan dulce la experiencia desde el amanecer hasta el anochecer, que si no la dejara plasmada se borraría en el pasado el día que descubrí la esencia de lo que habita mi alma. Palabra escuchada desde niña. Palabra que me resultaba etérea, invisible e inexistente, pues no alcanzaba a mirarla o sentirla. Por muchos años la nombraba alocadamente, intrépidamente y hasta tontamente, pero hoy, justo hoy la gloria de sentirla me urge plasmarla nítidamente. Por fin la conozco, la siento y la vibro. Todo se ilumino al tener su descripción exacta, al llegar casi mágicamente a esta mirada e intentare descifrarla a mi modo. Mi alma es como una pirámide que se endiosa en las alturas. Sus cimientos están forjados de sentimientos y mente, ambos son la base de esta alma y los resumiré uno a uno. Los reales sentim...