Únicos e Irrepetibles

Comparte tu ser y permite que el otro vaya hacia su propio destino. Ese destino es desconocido; nadie sabe qué va a florecer, solo le pertenece a él o ella. No le des un patrón, de lo contrario aplastarás su florecer. Y recuerda que cada individuo es único. Nunca ha existido un ser así antes y nunca volverá a existir. La existencia no se repite, no es repetiti­va. No cesa de inventar.
No intentes cambiar a una persona. Déjale que se convierta en él, en ella, esa será su dicha. Tú no sabes qué es lo que lleva dentro de sí y él tampoco sabe que llevas dentro de ti. Solo el futuro puede mostrárselo. Y no solo te sorprenderás tú, sino que la propia persona se sorprenderá cuando florezca. Todo el mundo lleva dentro de sí una flor con un potencial infinito e infinitas posibilidades.

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