Consuelo Barragán Flores

Siempre, siempre traje en mente contar con mi propio negocio, desde la simpleza de una operación como el vender tortas hasta el punto de generar Servicios Profesionales en Educación y Psicología. Afortunado recorrido de vida valioso e intangible respecto a aprendizajes, experiencias, constancia y tenacidad a lo largo de una encantadora vida llena inspiraciones. Por allá del 1999 " el"  me dio el nombre  “Crece Bebe” , el espacio para iniciarme, la confianza para ofrecer mis Servicios Profesionales y su profundo amor hacia esta mujer. Aprender a gestionar un negocio al que le he dedicado inspiración y empeño me ha obsequiado un sinfín de experiencias, cantidad de aprendizajes y el orgullo de descubrir mis capacidades. Mi gran fortuna es que sigo alimentando los cimientos de lo que un día surgió como  "Crece Bebe" . Los logotipos que me iniciaron han sido variados, lo cual esta mal lo se. Han ido ido desde lo más ordinarios, desatinados, rústicos, empalagosos y hasta

Si de vivir en paz conmigo se trata -hay que Transmutar-. Si de buscar la real felicidad se trata – hay que Transmutar. En un lenguaje cotidiano Transmutar se evocaría como; -hay que cambiar-. Si de hablar en términos pasajeros Transmutar se evocaría como; -hay que calmarse-. Si de hablar coloquialmente Transmutar se abordaría como; -deja de ser negativa- términos que definitivamente me trajeron por la vida girando cual pirinola sin rumbo alguno. Aun y cuando me esmerara por emplear distintos términos en busca de calmar las irrupciones de mi ritmo de vida todo se tornaba realmente explosivo, todo se iba por la borda, no surtían el efecto  esperado. Cuando uno se aferra a palabras que se quedan en la superficie sencillamente no se llega al fondo de UNO . En lo personal cuando me decían cálmate la ira entraba en acción, si me decían contrólate explotaba y si me decían mentirosa un volcán dentro de mi erupcionaba. Gracias al recorrido que he venido realizado en busca de la Sanación Espiri

Vivo firmemente sostenida a la " Gracia Divina" . Duermo profunda y serenamente en un vasto océano de vida. Conozco mi razón de existir.

Vivir, actuar, pensar y moverme dentro de una Paradoja Divina me coloca en la mira del responsabilizarme por mi, hacer uso de mis capacidades, dones y habilidades para no contaminar tan hermosa tierra con mis desechos humorales que solo traen desgracias, malestares y agonías. He de responsabilizarme por sanear mis propios desechos humorales empleando los dones que Dios me otorgo desde el instante de nacer para sobrevivir en una Paradoja Divina. Y que es una Paradoja divina -algo que no es real, pero es real-.

  Trabajar, producir, laborar, crear, idear, obtener bienes es realmente una bendición. Lo atestiguan las múltiples acciones que van dejando huella de mi búsqueda por un bien monetario. Lo demuestra el pliego de productos que se han visto sometidos a una indagación, investigación, ensayo, prueba, error y mil acciones más. Lo realmente valioso de la labor que uno hace para obtener un bien es el trasfondo de alma y espíritu que uno le impregna a cada acción. Amo mis actos acompañando a otra alma en vías de encontrar su propia ruta de labor. La cabeza siempre me retorna a mis orígenes, en especial cuando de hallar una ruta para comercializar un bien se trata. Fue hace dos años cuando surgió la idea, mi hijo y yo fuimos hasta mi pueblo por un producto para vender en línea. Divina experiencia que aproveche al máximo, el solo pisar la tierra que me vio nacer me dejo impregnada de fuerza y tenacidad del significado de trabajar. Aun cuando la venta de un delicioso producto Tehuacanero no surti