Transmutar

Si de vivir en paz conmigo se trata -hay que Transmutar-. Si de buscar la real felicidad se trata – hay que Transmutar. En un lenguaje cotidiano Transmutar se evocaría como; -hay que cambiar-. Si de hablar en términos pasajeros Transmutar se evocaría como; -hay que calmarse-. Si de hablar coloquialmente Transmutar se abordaría como; -deja de ser negativa- términos que definitivamente me trajeron por la vida girando cual pirinola sin rumbo alguno. Aun y cuando me esmerara por emplear distintos términos en busca de calmar las irrupciones de mi ritmo de vida todo se tornaba realmente explosivo, todo se iba por la borda, no surtían el efecto  esperado. Cuando uno se aferra a palabras que se quedan en la superficie sencillamente no se llega al fondo de
UNO. En lo personal cuando me decían cálmate la ira entraba en acción, si me decían contrólate explotaba y si me decían mentirosa un volcán dentro de mi erupcionaba. Gracias al recorrido que he venido realizado en busca de la Sanación Espiritual han surgido nuevas conductas, reacciones y manifestaciones de lo que soy vibrantemente. Gracias al aprender a Transmutar las bajas densidades en las que quedó atrapada mi vida ha dado un giro que trasciende hasta las microscópicas células de mi Ser. Al aplicar la Transmutación durante mi ritmo de vida me lleno de energía y fuerza. Gracias a su poder y avasallante alquimia logro la bendita calma y serenidad fusiones que me inspiran para no soltar tan increíble practica de vida. Al activar mi propia Transmutación trabajo en la reconstrucción de una obra divina. Cuando me inicié en esta nueva experiencia lo hacía irreverentemente, sin disciplina alguna hube de leer y releer su significado, practica y puesta en marcha del hecho de Transmutar hasta el grado de comprender como se logra. Práctica que se convirtió en una ley para ser ejercida por esta mujer. Me queda claro que si pretendo escalar hacia nuevos niveles de vida espiritual deberé tener la osadía de aplicar la ley que me catapulta de un polo a otro, de la negatividad a la positividad, todo es cuestión de Transmutar los humores que me habitan. Toda oportunidad meritoria de ser Transmutada la aprovecho para hacer alquimia conmigo. Fructifico cualquier situación que me tenga atrapada entre bajas densidades para Transmutar mis humores, es como dar saltos mentales; -del estar en un estado atroz, ser capaz de pasar a un estado de calma- para lo cual se precisa de un elevado autodominio. Transmutar mis humores es como elevar mis vibraciones hasta el grado de serenarme. Si me preguntasen: ¿Cómo transformas la ira en serenidad? sencillamente respondería; Transmutándome. ¿Cómo vences el miedo? simplemente respondería; Transmutándome. ¿Y el odio en compasión? respondería; Transmutando mis humores. El arte de Transmutar mi vida  propicia nuevas experiencias, retos desconocidos, satisfacciones increíbles, deseos concedidos y lo más valioso -me mantengo firmemente sostenida a Dios-.

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