Si alguien te insulta, aprieta un botón, y tú reaccionas. Te pones furioso, saltas sobre él; ¿y a eso lo llamas acción? No lo es aunque lo creas, es una reacción tonta. Él es el manipulador y tú el manipulado. Él ha apretado un botón y tú has funcionado como una máquina. Igual que cuando aprietas un interruptor y se enciende la luz, y aprietas otra vez y se apaga; eso es lo que la gente hace contigo: te encienden y te apagan. Viene alguien que te halaga, y tu ego se infla, y te sientes estupendamente; luego viene otro y te pincha, y simplemente te deja por los suelos. Tú eres tu propio maestro: cualquiera puede insultarte y ponerte triste, irritado, fastidiado, violento, fuera de ti. Y cualquiera puede alabarte y ponerte por las nubes, puede hacer que sientas que eres el más grande; que ni Alejandro Magno era nada comparado contigo… Y actúas de acuerdo a las manipulaciones de los demás. Esto no es verdadera acción verdadera ac...