Serenidad
No encuentro como descifrarla
se diluye osadamente
entre el obstinado cerebro
que se niega definirla
y el hermoso corazón
que la celebra.
Parece que los recovecos
del alma son sus lugares preferidos
para resguardar tan poderoso elixir.
Está decidida a ser indescifrable
por el tramposo cerebro,
o por la tirana mentira.
Quizás solo espera ser tocada
por las almas que se tiran
al vacio de la vida,
o que se arriesgan a vivir
plácidamente.
Almas que han traspasado
la denigrante domesticación
cultural o el empoderado sometimiento
del espíritu.
Sabe que llegara el día
de ser tocada y alabada
cual gloriosa oración.
Entonces, solo entonces
brotara inagotable
refrescando a la vida.
La vida que simplemente cede,
se entrega
se envuelve,
se empapa de ella…
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