Ecuación
Mi vida es como una ecuación. Una ecuación donde debo ir resolviendo problema a problema para dar solución a un sistema defectuoso. No hay necesidad ninguna de culpa, arrepentimiento o tener una fe ciega para ser salvada. La obstinación y la maldad de mi condición humana solo requiere gestar una ecuación divina hasta el grado de lograr una imagen gloriosa de plenitud.
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