"darme cuenta"
Terminaba mi desayuno favorito “leer al maestro”, cuando de pronto el estruendoso sonido telefónico interrumpía lo que poéticamente realizo al alba de día; evocar a DIOS a través de textos que pone en mi camino. Al otro lado de la línea una voz amable me recordaba que tenía un pago bancario pendiente. La poesía moría al instante, la cara enrojecía y todo mi ser se tornaba rabioso y encolerizado, esa es la otra Consuelo. Como se atrevía un banco a llamar a tales horas de la madrugada para exigirme un pago. Una situación mundana resulto ser una oportunidad para aterrizar este hecho en un escrito obligándome a mirar con detenimiento dos eventos distintos: uno generar alternativas para enfrentar circunstancias mundanas que cubriré en su momento y dos centrarme en aquello que realmente es oro puro otorgado a mí Ser; mis emociones, cuya responsabilidad me obliga a cuidarlas para no despotricarlas ante disparadores de la vida común. Un aprendizaje de vida se coloc...