Profundidad


Sentarte, en silencio y buscar los sitios mas remotos en tu interior te lleva irremediablemente a la profundidad. Eres un universo vasto. Hay dos movimientos de energía en tu interior: una es horizontal y la otra vertical, igual que la cruz cristiana. Y la cruz cristiana es, en verdad, el símbolo de esto. Una es horizontal: vas de un pensamiento a otro, de A a B, de B a C, en for­ma horizontal. Después, hay otro movimiento de la energía: no vas de A a B, vas más profundamente en A, de A1 a A2, a A3;  o en forma vertical, o más alta, pues todas estas denominaciones alu­den a lo mismo.
Observa la cruz en que Cristo fue colgado. Tiene dos postes: uno es horizontal y en él fue­ron clavadas las manos de Cristo. Este poste es el tiempo común, el vivir cerca de la ruta, el vi­vir en el mercado, el vivir cerca del cruce de ca­minos. Y después, la profundidad. Todo su cuerpo está so­bre el poste vertical. Éste adquiere más y más profundidad. Cuando vas a nadar, nadas en la superficie; eso es horizon­tal. Cuando te zambulles en la profundidad: eso es vertical. Un meditador se zambulle en la profundidad; un pensador se queda en la superficie. Pensar es como nadar. Meditar no es como nadar; es zambullirse en la profundidad, llegar al mismo punto pero en un nivel más y más profundo.
Deja de viajar, pues viajar es algo superficial. Quédate quieto, no viajes, quédate en el momento. Entonces, comen­zarás a caer en el abismo. Puede darte miedo y tal vez ésa sea la razón por la cual sigues pensando en el pasado y en el futuro pues, si te quedas en el momento, caerás en un abismo ilimitado. Se abre una profundidad y te absorbe en su interior.
El yo no puede existir en la dimensión vertical; sólo pue­de existir en la horizontal. La mente sólo puede existir en la dimensión vertical; no puede existir en la horizontal. Pero la horizontal y la vertical se cruzan: ése es el encuentro de los dos postes, donde se forma la cruz. Se encuentran en el mo­mento presente: el momento presente se transforma en el punto de encuentro. Aquí, la horizontal atraviesa a la vertical.
Desde el momento presente, te puedes mover en dos direcciones: o bien de A a B, o bien de A1 a A2. Y es una profundidad infinita: nunca llegas al final...cbf
                                                                                                          

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