Consumo el poder infinito de Dios visto como energía. Alimento que me mantiene latiendo magistralmente. Purifico, proceso y prodigo energía por pura convicción en aras de traducir todo pensamiento en acción, toda intensión en reacción y toda conducta en hábito. Mis consumos predilectos apuntan a cerebro activo, mente sana, concentración efectiva y percepción alerta para recibir divinas purificaciones. Me fundo en el silencio. Me alimento del silencio, me encuentre donde me encuentre y si mi mente se ve invadida de parloteos corro a mi nariz para ser rescatada por grandes bocanadas de oxigenante respiración. Amo consumir inspiración al realizar una transmisión, pintar un lienzo, configurar un escrito crear, diseñar e incluso adquirir poderosos aprendizajes que abren las puertas de mente y corazón. Activar energía es sagrado para esta mujer… -me concentro, voy a mi nariz, siento el aire purificándome y el resto sucede- Cuando una idea llega a mi mente, la registro, la desarrollo, la pla
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