Despertar

Sensación iluminadora, sanadora y hasta equilibrante que me ha acontecido, transformado y evolucionado; despertar. ¡Despertar a la vida! observarme en el centro de mi fuente, sentir los oleajes de energía, frecuencias y vibraciones purificándome. Capacidad para mantenerme en el centro de la Luz efecto sagrado que he logrado. Ha sido la voluntad inquebrantable quien me llevo abrir las ventanas de la luz hasta el grado de elevarme espiritualmente para sentir la Divinidad, preciada adquisición que aquilato desde el centro del corazón. Despertar a la vida no tiene precio, no reside en el vivir por vivir o ir ciegamente por la vida a voluntad de otros, radica en la fuerza de propiciar un cambio interno. Mi despertar apunta a un nuevo horizonte, a una nueva forma de respirar la vida, es como si mis ojos se abrieran nuevamente para mirar con perspicacia, transparencia y neutralidad, es como observar la totalidad del espectro desde otro contexto. Despertar a la vida es efecto de experiencias, practicas, voluntad y energía desprendiéndose de mi fuente de vida. Despertar a la vida es una cuestión psíquica, mental y corporal digna de ser trabajada hasta lograr una renovación total. Trabajar psíquicamente fue atender pendientes de tipo psicológico, pendientes que nublaban la razón y estancaban mi espiritualidad. Poseer fortaleza psíquica fue el principal requisito para sanar el alma, sin fortaleza uno se acurruca en el sufrimiento. Romper las cadenas del pasado me demando ocuparme, contrario a preocuparme de cuanto pendiente espiritual tenía por resolver. Entereza demando a este corazón, generación de energía cual caudal que irriga mi santuario para obtener resultados, sin ella toda intención se va de picada. Voluntad, sutil intervención que descorrió las cortinas de mis cavernas para dar cabida a la serenidad. Virtuoso emprendimiento que deshizo cuanto nudo impedía aclarar mi mente, borrar daños y lesiones espirituales que aprisionaban el alma. De ser un trabajo arduo paso a ser una práctica cotidiana, actuada en total serenidad, efecto de una purificación total. Trabajar psíquicamente es renovación interna, no se trata de olvidar, desechar o hacer caso omiso a cicatrices del pasado, se trata de vaciar el bote de la basura. Dia a día uno vacía el bote de la basura, hablando metafóricamente, entonces ¿porque no vaciar el alma de la basura que aqueja al espíritu? Cuando uno se atreve a sanearse el cambio es inminente, todo cambia en cuestión de segundos, el rio de la vida no se detiene y si ese rio va impregnado de pureza, fuerza y voluntad la vida se despliega increíblemente. El esfuerzo que aplico a mi vida para desvanecer la obscuridad que nubla mí camino me reditúa paz, refresca mi mentalidad y el espíritu se entrega a la creación, al amor y la fidelidad del Ser. Despertar mentalmente es la corona del cambio, ganada a pulso, es como una regeneración lograda gracias al carácter indomable, la sapiencia y sabiduría que he ido labrando cual campesina que no claudica. Soy altamente exigente para dar fe de lo que escribo intentando describir como es purificarme psiquica y mentalmente trofeos que pulo y perfecciono a lo largo de mi cotideaneidad y pretendo perpetuarlos eternamente.

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