Domésticamente blindada
Vivir domésticamente blindada es mi trofeo personal. Blindada porque es como la armadura que protege mi Ser cuando estoy desestabilizada, armadura que no trasmina mi fuente de vida por el contrario me protege a base de conciencia. Blindaje que apunta a no lesionar, ni ser lesionada situación que me exige valentía al abordar crisis familiares. Persigo la salud familiar a toda costa por ello he desarrollado mi propio blindaje domestico porque es en casa donde me manifiesto tal cual soy. Cuando algo no va bien, hablando en terminos familiares, sencillamente atendemos el hecho para lo cual debo estar blindada para no perder los estribos, reconozco que soy quien tiende a desestabilizarse automáticamente y he de destilar voluntad para no perder los estribos cuando de abordar densas situaciones se trata. Cuando aludo la palabra “blindaje” para nada refiero ignorar, rechazar, alejarme o evadir situaciones que afecten a la familia me queda claro que es en el hogar donde uno es real, transparente y conciente. Llevo décadas conviviendo en familia y mi prioridad siempre ha sido calibrar los humores que se destilan en casa. Soy autora de calibrarme segundo a segundo en el lugar donde habitamos tres almas, donde se gestan relaciones familiares, donde prodigo estabilidad, riego paredes y techos con valores y virtudes. Me compete arropar, recibir, sentir y transformar mis propios humores en bien de la salud familiar. En casa sabemos a la perfección como somos por ello mi blindaje emocional para no permitir que cualquier trivilidad me desestabilice y estar dispuesta a colaborar equitativamente cuando los inconvenientes se presentan. Respecto a mi vida externa, aquella que tanta desestabilidad me representaba, ha sido superada, trabajada y hasta transformada, hoy en dia vivo saludablemente en sociedad aun y cuando me encuentre en el centro de un huracán, restaba encontrar la forma exacta del vivir pacificamente en casa gestando humores saludables, puros e increíbles no hablo del amor familiar sería un atropello a tan sagrada palabra, hablo del compromiso del saber relacionarse entre familia, poseer la valentía de desplegar virtudes y no antivalores con los seres que uno dice amar a eso le llamo construir un palacio de verdad y fraternidad. Desplegar palabras bonitas no suceden por inspiración, suceden por valentía y trabajo espiritual virtudes que abren paso a la serenidad y fraternidad hogareña.
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