Magnetizada
Magnetizada en el centro de la vida, magnetizada por pura voluntad logro espiritual que congratula profundamente a este corazón. Estar magnetizada no solo apunta al vivir por vivir, va más allá de lo que se mira en esta mujer. Vivir magnetizada es como treparme al vaivén de la vida que sube y baja, sube y baja cual brújula que bien me puede tener tomada de la garganta asfixiándome o bien me puede elevar celestialmente. Práctico para elevarme celestialmente, práctico para mantenerme saludable, mentalmente saneada y espíritualmente imbatible hechos que consumo cual dulces tragos, magnifico elixir que constantemente preparo, brebajes que son mi alimento permanente: certidumbre, valía, estabilidad y confianza. Cuatro líneas de vida que pacientemente voy desarrollando, perfeccionando y resguardando cual andamios que sostienen la chispa de la vida. Poseer certidumbre de lo que pienso, hago y digo es un hecho. Me puede encantar propiciar certidumbre en mi día a día porque semeja el pilar de mí existencia para vivir magnetizada a mi realidad. Conozco y gozo de la magia, la gratitud y la alegría de la vida gracias a las capacidades que poseo. Ser capaz de liberarme de lo que me provoca inestabilidad o desatinos, sean conductuales o actitudinales, son mi más preciado tesoro gracias a ello he aprendido a alejarme de cuanta manipulación existencial me llegue a tocar. Me encanta saberme alejada de tan desatinadas sensaciones que solo le restan a uno energía, energía que me ha dado tan colosal certidumbre para realizar cuanto cometido tengo en puerta, es como si la batería de mi vida estuviera siempre cargada de certidumbre me dirija a donde me dirija. La fuerza de atracción que le imprimo a mi vida para ir por aquello que me satisface o engrandece lo practico respiro a respiro, no permito que se escape de mi vista lo que me hace sentir bien, me mantiene entre una burbujeante serenidad, resultado de magnetizarme en el centro de la vida. He comprobado el efecto del magnetismo para lograr bienestar y me ha sorprendido cuan poderoso llega a ser aspirar magnetita segundo a segundo; uno se restablece, se energetiza, el volumen de los latidos se incrementan y hasta sé es feliz. Cuando uno trabaja a conciencia sobre fuerzas positivas se repelen automáticamente las fuerzas negativas manteniéndose en el centro de la vida. Me maravilla y hasta engolosina el arte de magnetizarme, gracias a ello compruebo la alquimia interna que provoco en bien propio, alquimia de la que doy fe porque la vivo. Tengo en mente dominar lo que me hace sentir bien, a gusto, en paz, con altas vibraciones sin embargo aun tengo pendientes por resolver y uno de ellos es la valia. Mi valía aun brilla por su ausencia lo delata mi lenguaje florido que aun dejo entrever cuando hablo con otras personas, es la certidumbre y el magnetismo quienes me sacan de apuros y van dando forma a un nuevo contacto exterior, a una nueva conducta del cómo me proyecto hacia los demás. Darme cuenta de la minusvalía que aún me habita me refiere baja autoestima, reconocerlo es parte de la valía que he perdido, es síntoma de un pendiente por resolver. Y no voy tras una autoestima alta, correría el riesgo de caer en la prepotencia, negligencia, orgullo, desprecio u otra conducta que denote nepotismo, lamentaría confundir el significado de autoestima alta para caer en lo más denso de la vida. Mi cometido es la valía, es aferrarme a sentir el poder interno que me habita. No pretendo ser aceptada, valorada o apreciada por el exterior, pretendo magnetizarme en mi valía con altos índices de lucidez y conciencia para aceptarme tal cual soy. Lograrlo me demandara retirar, detallar y pulir todo aquello que enmohece mi vida espiritual. Tengo bien detectado donde reside la devaluación solo es cuestión de trabajarla. Magnetizarme en el centro de la vida es mi meta, cual chispa de la vida que hace de todo para irradiar espiritualidad. Conozco el sabor de la estabilidad emocional y me puede fascinar porque provoca destellos de ideas, creatividad, esfuerzo mental, concentración, atención y cognición lo cual es magnífico. Toda estabilidad enriquece mis neuronas magnetizando mis acciones con puras vibraciones de alto contenido espiritual acaso no vale la pena magnetizarme en el centro de la vida. Constantemente oro por mantenerme lucida, alejada de toda intervención que atente con mi línea de vida, el resultado es mágico, tan mágico que prácticamente obtengo respuestas inmediatas que van allanando mi camino a ello le llamo confiar.
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