Errores
Protagonista de múltiples errores, gestora de infinidad de redirecciones para corregir cuanto error he cometido por la vida, errores que competen al pensamiento, a la capacidad intelectual para nada aludo a errores emocionales. Gracias a la Deidad he sanado. Amo los microsegundos cuando la inspiración brota cálidamente en esta mujer para delinear un título más para ser agregado a mi carpeta de vida. Tiempo atrás capte en las ediciones que realizo a los videos que transmito por Crece Bebe la cantidad de barbaridades que cometo al desarrollar un tema lo cual entristeció a mi cerebro por no ser aprovechado inteligentemente, sabiéndome irresponsable con mi cerebro decidí poner punto final a tanto error cometido. Si soy conciente de la cantidad de barreras que he superado respecto a capacidades emocionales porque no superar mis debilidades intelectuales si poseo los medios necesarios para hacerlo. Desde hace años me propuse trabajar una a una de mis capacidades cognitivas entre ellas el lenguaje, los sonidos que salen de mi boca. El lenguaje que se torna repetitivo, impreciso, con falta de atención, con alteración del orden de las palabras, torpe gramaticalidad, sin coherencia, secuencia o ritmo inestable y no se diga lo grotesco de algunas palabras que tiendo a expresar errores que voy detectando, suprimiendo y reeducando a base de empeño y voluntad para capturarlos justo en el momento que van a escapar situación que va más del como me oigo, el cometido es activar este cerebro para emitir sonidos que satisfagan a mi alma por ello transmito porque mi deseo es aportar contenidos inteligentes, que aporten valía. Puedo convertir sonidos grotescos en sonidos normales, sonidos sin un ápice de negatividad, sonidos vibracionales. Transmito para escucharme, reeducarme, disciplinarme el fin es entregar sonidos confiables y veraces. Cuando veo un producto terminado con un mínimo de errores me felicito por saberme capaz de avanzar y avanzar al habilitar mis capacidades cerebrales. No es la edad, mucho menos la condición social quien determina mi inteligencia son mis deseos por aprovechar cuantos dones me fueron entregados para ser aprovechados en vida. Un reto posiblemente inalcanzable que me puse en la agenda del trabajo diario es la “abstracción mental y el razonamiento” y digo un reto porque soy experta en evadir tareas que me demandan esfuerzo mental, la lógica y razonamiento son una tortura para este cerebro, la fatiga y la viscosidad mental que tiendo propiciar al perderme o distraerme en cuestión de instantes lo declaran fehacientemente por ello me cuesta trabajo fortalecer tan valioso cerebro. Debilidades que me generan obstáculos mayúsculos casi siempre insalvables y como me encuentro en la escala de declive pues fácilmente lo justifico con la edad, afortunadamente poseo el conocimiento quien me permite conocer la raíz del problema para aplicar a mis debilidades generosas dosis de intervención restauradora, es decir transformo toda debilidad en fortaleza y lo hago detectando mis errores, aceptándolos o reconfigurándolos. Me concentro, pongo atención a lo que hago, entonces comprendo aquello que no entiendo, entonces avanzo. Concentrarme es la tarea más agotadora que me encuentro habilitando. Al concentrarme activo energía para realizar cuanta tarea abstracta se cruce por mi camino, asigno un tiempo determinado para ejercitar este cerebro formalmente y lo hago cotidianamente durante las primeras horas de la mañana al hacer una lectura, desarrollar un escrito, realizar guiones, lecturas complejas, ejercitar habilidades motoras o visuales al editar, desarrollar la arquitectura de alguna idea, elaborar banners, posts o carteles para mis redes sociales toda tarea que implique abstracción mental o razonamiento son realizadas con esmero para ir por mayores capas de intelectualidad. Cuando mi mente tiende a flojear la detecto en automático poniendo en acción a este cerebro para no permitirle que me tumbe al sillón a mitad de una tarea. Llevo un buen tiempo realizando este tipo de prácticas y valoro lo bien que se siente saltar tan debilitante actitud, no se trata de lacerarme se trata de activarme y aprovechar tan valiosas oportunidades para reprogramar este cerebro que aprendió con los pies. Soy protagonista de nuevos canales de aprendizaje para lograr tanto cometido que me propongo, descubro que al lograr nuevas capacidades mi cerebro realiza tareas de mayor abstracción con mayor habilidad, mi mente aporta ideas frescas, mis creaciones son más definidas lo cual place al corazón por saberse capaz de continuar aprendiendo de mis errores. Por cada error que cometo una nueva tarea sale a la luz, así que no me avergüenzo de mis errores por el contrario son bienvenidos para darles la pulida, el aprendizaje y la reparación necesaria.
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