Energía

No es materia, mucho menos es tangible, no es algo que se forcé, obligué o empuje. No es atribuible a otros, no viene del exterior simple y sencillamente emerge de las profundidades, es la mismísima fuente de vida que poseo. Es sutil, poderosa y hasta cautivante esta energia y la aprovecho para transformar mis deseos en virtuosas realidades como la pureza mental, el bienestar emocional y la salud orgánica. Todo, absolutamente todo lo encauzo hacia la prosperidad espiritual y lo logro gracias a la energía que le imprimo a mente, corazón y alma el resultado es un estilo de vida sensato y sano. Si en el pasado mi mente era un caos, en el presente es un poderoso medio que empleo para idear, crear o transformar aquello que me propongo. Logre dar un orden divino a mi vida, logre una existencia estable, soy gestora de energias puras habilidad adquirida gracias al comprender toda presencia, actividad o luminosidad espiritual que recibo o percibo. Cuando algo hace ruido en mi cabeza, irrumpe o amenaza envió a mi cerebro sutil energía para calmarlo, apaciguarlo, relajarlo e instantáneamente se recupera. Vivo plenamente el ahora clave de una purificación mental, cuando uno se instala en el ahora, uno goza de uno y obvio que la energía no se derrocha en banalidades.
Es vibrante, energetizante y hasta purificante.
Permanentemente activada cual respiro que entra y sale, entra y sale al grado de ser la chispa que me mantiene radiante de energia.
Cuando dejé de derrochar energia encontré el origen de la fuente de vida gracias al iluminar las cavernas que nublaban mi existencia.
Es sutil, es divina, placenteramente ondulante llevándome hacia uno y otro extremo de la vida hasta el grado de magnetizarme en el centro. Es la chispa divina columpiándome por la vida hasta el grado de magnetizarme en equilibrio cósmico.
Hace magia conmigo porque al energetizarme una a una de mis tareas se va concretando.
Si por algún motivo llego a sentir miedo, solo activo la chispa divina que me habita y todo se ilumina a mi alrededor.
Cuando mi mente se aturde al instante respiro profundamente y todo se purifica, es mi energía haciendo su trabajo.
Avanzo, avanzo gracias a la energía que le imprimo a mi destino, he llegado al grado de saber lo que sigue, por donde he de caminar y hacia donde me dirijo gracias a la energía que le imprimo a mi quehacer terrenal.
La salud que poseo la he logrado a base de energía para mantener mi templo en óptimas condiciones. El esfuerzo que aplico al ejercitar este cuerpo es la clave para movilizarme terrenalmente.
En síntesis... la energía que poseo es la clave para acercarme a la eternidad, gracias a la energia que destilo mi vida se ha restablecido, se ha reprogramado al grado de semejar una chispa divina que camina por la tierra.

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