Tiempo

Con el tiempo he aprendido que el tiempo es solo eso; tiempo. Abstracción, ilusión, enajenación o encadenamiento llámesele según lo conciban las almas. Soy trivial, incoherente o quizá este enloqueciendo al hilar mis letras tal cual salen del corazón. Y lo gozo porque justo la locura es la ventana más rápida para escapar de tan atrapante palabra que me trajo girando y girando por décadas, lo atestigua el pasado cuando corría desaforadamente para cumplir con todo tipo de deberes que se asumen al paso del tiempo. Mi actuar giraba en torno a responsabilizarme de la vida exterior; levantarme al alba, cumplir con responsabilidades, atender pendientes, acontecimientos y no continuo porque sería como abrir diminutos accesos a tan quebrantada mente que por décadas fui deteriorando hasta el grado de quedar atrapada entre el tiempo. Afortunadamente he aprendido a rescatar, restaurar y liberarme del tiempo en bien de aprovechar tan maravillosos dones que poseo desde mi nacimiento. Hoy rediseño nuevos pilares de vida hasta el grado de gozar mis conquistas, me felicito porque me veo reconstruida, soy amante de lo que hago y observadora de mis propios milagros. ¿Lo lograre? ¡Claro que lo logre! Soy un milagro de vida que ha escapado del tiempo. He escapado de antiguos y obsoletos paradigmas que configura el tiempo, he recuperado valiosos tesoros que ya venían empaquetados en mis profundidades, ahora me encuentro activando uno a uno, uno a uno y soy tan paciente que me deleito abriendo, desenrollando y practicando la magia de trabajar en ellos. Los instantes de vida que poseo los aprovecho al máximo para eficientar tanto tiempo perdido y no es premura es sanear mi existencia. Cada mota de aire que consumo conlleva tintes de conciencia, sabiduría e inteligencia virtudes que comprendo cabalmente, aplico intachablemente e intento perpetuar ejemplarmente. Sera el universo quien de fe de cada palabra que configuro en este escrito. Observar, percibir y sentir el día a día libre de vivir atada al tiempo es iluminatorio, formidable y hasta sorprendente. Cuando uno comprende la raíz de lo que se vive se llega a mirar el tiempo incrustado, apelmazado y hasta encostrado en el latir de los corazones. Reflexiono y al parecer así me veía y sentía tiempo atrás. Cuando se logra vivir fuera del tiempo se olvida el día en que se vive, lo cual es magnífico porque se da prioridad a sentirse, observarse, cuidarse y manifestarse ante el universo desde la nada, desde la mismísima fuente de vida es como lograr una conexión cósmica. Hechos que brotan del corazón y que práctico para iluminar mi existencia. Aunque debo aseverar que no me salgo del contexto temporal drásticamente, atiendo cometidos que están calendarizados por la formalidad lo cual me satisface porque me doy cuenta que soy capaz de entrar y salir por las puertas del tiempo. Tiempo atrás intentaba escribir acerca del tiempo, me intrigaba el bucle del tiempo con sus mismos sucesos, los mismos festejos, las mismas programaciones calendarizadas todo lo miraba tan repetitivo que me desgastaba, me encostraba al punto de arruinar mi existencia y no es exageración es aseveración de cuanto me esforzaba por ser feliz, situación que no estaba dispuesta a tolerar por ello escribí el libro Comunión Espiritual. Mi logro más significativo fue aprender a vivir en el ahora, maravillosa palabra que cuando se comprende y emprende uno se rescata de todo extravió, enfermedad, dolor, ansiedad o perdida. Fue mi terco carácter quien hizo de todo para alejarme de tan desgastantes programaciones, me discipline para reprogramarme e instaurarme en una nueva vida. Vivir él ahora me regenero, dotar a mi mente de silencio me purifico hechos que solo se constatan mediante mis propias vivencias. Vivo la vida capturando pequeñas motas de inspiración, tremendos oleajes de serenidad y milagrosos eventos de comprensión para no perder de vista la esencia del vivir sin tiempo.

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