Mágicas Palabras

 

Con un desinterés divino, con una generosidad consumada, el Padre Universal me muestra como es vivir apegada a sus leyes universales, a su sabiduría, bondad y palabra. Es primordial para esta mujer reconocer, aceptar y vivir integrada a la deidad cual minúsculo fragmento que confía en sus designios. Su mano descansa sobre la poderosa palanca de las circunstancias que vivo segundo a segundo. El total de mis acciones, reacciones y pensamientos están definidas por cada vivencia que experimento cual ley universal que da luz a mi Ser. Conozco, reconozco y hasta grabo en este corazón toda ley que he ido descorriendo desde el instante que me inicie a conocer los designios de la Deidad. Designios traducidos en palabras clave que fungen como mi guía, palabras que son mi soporte para hacer realidad mis sueños de vida. Palabras que pongo en acción cuando de agradecer al universo se trata, cuando de bendecir mis actos es necesario, cuando logro proezas inimaginables o urge al corazón estabilizarlo e incluso cuando se trata de cerrar objetivos de vida. Palabras evocadas y realizadas por una fuerte inhalación y una pausada exhalación. Palabras que ejecuto y repito cual mantra que me da estabilidad. Palabras que fungen cual ritual que engrandece, salva y purifica mis sentidos con tan solo respirar.
Inhalo invocando la palabra silencio con todas mis fuerzas y exhalo evocando la palabra serenidad pausada,  muy pausadamente. Vuelvo a repetir la misma acción hasta que lo considero suficiente. El efecto me deja en silencio, mi mente se relaja, entonces llega la serenidad.
Inhalo invocando la palabra fuerza desde las mismísimas profundidades y exhalo evocando la palabra energía pausada, lenta e inspiradoramente. Fuerza es lo que aplico a toda iniciativa que surge de esta mente, fuerza es de lo que me agarro para no claudicar ante todo intento de emprendimiento. Me oxigeno de energía para lograr mis cometidos de vida a sabiendas de saber que, si deseo ser parte del emprendimiento, aguerrida, intrépida y sabiamente debo actuar. Respirar fuerza y exhalar energía me ha llevado a mirar la vida desde otro espectro, me ha inspirado para resguardar mi mundo espiritual de ingerencias ajenas.
Inhalo invocando la palabra amor desde mis profundidades y exhalo bondadosamente la palabra salud lenta, muy lentamente para no olvidar lo mas preciado que debo hacer; “amarme”
Inhalo invocando la palabra abundancia desde lo mas profundo de mi ser y exhalo pacientemente la palabra prosperidad. Palabras que aclaman abundancia mental, prosperidad espiritual, palabras que repito incesantemente cuando de equilibrarme orgánica o mentalmente se trata. Abundancia para nada apunta a cuestiones materiales, apunta a invocar a mis guardianes celestiales. Prosperidad para nada pretende eregir castillos pretende prosperar celestialmente.


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