Deidad
Desde el día en que te contemple,
desde el día en que descubrí tu palabra,
mi corazón se llenó de paz,
sentí tu infinita bondad,
tu misericordia interminable,
sabiduría incomparable,
carácter extraordinario.
A partir de entonces mis días han sido sagrados
mis actos reflexionados y hasta consagrados
jamás volveré a caer en el fatídico mundo
de obscuridad porque ahora
mi corazón solo se prende de ti.
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