Ansiedad

Una sensación de nerviosismo, preocupación, malestar y miedo me asolaba por allá del 2011, ¿la razón? cerraba una etapa de vida laboral. Vivía la ansiedad a tal grado que mi vida se hallaba sumergida entre sudoraciones, falta de aliento, excesivas palpitaciones, opresión torácica e infinidad de alteraciones orgánicas, mentales y emocionales. Era la ansiedad consumiéndome, afortunadamente libre tan opresora enfermedad.
Hace 11 años la vida puso en mi camino una pequeña maceta con una diminuta hoja en forma de corazón. Y a manera de reconfortarme, por aquel entonces, adquirí tan hermosa planta. Regar, cuidar y dar calor aquella hoja me recordaba que urgía hacer lo mismo con mi afectado corazón.
Y así lo hice, emprendí múltiples investigaciones para atender mi ansiedad; adquirí bibliografía acerca del tratamiento, analice, revise, elegi, estructure distintas técnicas para tratar mi ansiedad, recurrí a curaciones ancestrales e incluso diseñe mi propia intervención psicoterapéutica hasta el punto de dar con una divina solución; vivir en silencio mental.
Mi planta crecía y a la par que le prodigaba cuidado me prodigaba conocimiento, sabiduría e inteligencia para superar la ansiedad hasta el grado de sanar.
La ansiedad es una respuesta normal a una amenaza o a una situación de estrés psicológico. Lo dice la ciencia y lo dice Consuelo quien la vivió a flor de piel.
Vivir con ansiedad provoca una sensación de miedo y lucha por sobrevivir. Energía, fuerza, constancia y valía fueron los intangibles que me liberaron de la ansiedad. Poderosos recursos que me llevaron a dar con la solución. ¡Y lo logre, vaya que lo logre!
Cuando se debe afrontar una situación peligrosa, la ansiedad desencadena una respuesta de huida. Y contrario a salir corriendo para esconderme o consumirme me ocupe, active lo único que tenía a mi alcance; cerebro, corazón y ganas de vivir. Me ocupe de Crece Bebe, me ocupe de crear una nueva beta de ingresos propios.
Me puse las pilas y si iban atentar con mi vida permití que el destino lo decidiera. Hice caso omiso a todo tipo de amenaza y me puse a crear, diseñar, generar ideas, generar dinero. Solté la ansiedad y emprendi un nuevo negocio acorde a los intereses de mi hijo.
Me aferre a la simpleza de una vida doméstica, a ocuparme de los quehaceres hogareños, a crear con el cerebro, a dar mantenimiento al cuerpo, domesticar la mente... el fin consistía en reprogramarme.
La intensidad y duración de la ansiedad es de tal grado que interfiere poderosamente en el desarrollo de una vida cotidiana y si uno no está cargado de voluntad para no claudicar se pierden las pistas para lograr la sanación, así que coloque por doquier mis propios amuletos para no olvidar hacer alquimia conmigo. 
La ansiedad significativa puede persistir durante años y siendo afectada por ella llegue a pensar que era muy normal. Por esta y otras razones los trastornos de ansiedad a menudo no se diagnostican ni se tratan por ello me aferre a tratarme por mí misma generando mi propio programa psicoterapéutico.

             Campesinamente                                        Inteligentemente
La ansiedad puede aparecer de manera repentina, como en el caso de la angustia, o gradualmente en el transcurso de minutos, horas o días. Lo constato porque me angustiaba terriblemente por el dinero. El dinero no alcanzaba para mantener la economía hogareña a flote y conciente de no querer vivir con la ansiedad inicie incipientemente la gestión de mis ingresos hasta el punto de controlar lo que gastaba. La finalidad residía en familiarizarme con una economía acorde a mis finanzas. Puse más atención en los gastos, elimine compras innecesarias, ajuste mis ingresos con los egresos y me discipline para no comprar por comprar, situación que me mantiene al día de hoy libre de angustias. Pase de gestionar mis finanzas campesinamente a sistematizar mis compras inteligentemente.
Los trastornos de ansiedad pueden provocar un intenso malestar e interferir significativamente en la vida habitual de la persona a veces de manera tal que conducen a la aparición de una depresión. Síntoma que hube de tratar hasta superarlo a base de fuerza espiritual, energía pura y plena conciencia para desprogramarme de tan agudas provocaciones. Sonaba el teléfono e inmediatamente temblaba, el miedo me consumía, cualquier ruido me ponía paranoica, lo que hacía en internet era y es intervenido toxicas injerencias que trabaje y trabaje hasta el punto de empaparme de sabiduría para sanar por puras curaciones divinas.
Sistemáticamente vivo monitoreando mi salud mental, silenciosamente vivo aseando toda injerencia ajena a mi Ser. Descubrí, habilite y me arme de sanación mental, corporal y emocional. Soy Consuelo y aprecie sinceramente que hayas llegado aquí.

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