Interpretar

En lugar de imponer siempre nuestro punto de vista habitual a las cosas, puede ayudarnos recordar lo abierto que está el mundo a la interpretación. Tomemos el ejemplo de la contemplación de un árbol. Un médico puede verlo como una fuente de medicinas o de veneno; un comerciante calculará su precio; un carpintero cavilará sobre lo que se podría construir con él; un científico analizará su composición química; un borracho lo verá como una rueda que da vueltas por encima de su cabeza; un poeta puede abstraerse en su belleza; un cristiano rezará una oración para dar gracias a Dios por haberlo creado; un budista puede verlo como una manifestación de la causalidad interdependiente o como una expresión de la paz verdadera.
Textos de este tipo contribuyeron conmigo para dejar de andar interpretando el mundo que me rodea.

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