Certeza
Despistada, indecisa, cambiante e impredecible debilidades que he ido superando a base de entrega, voluntad y responsabilidad. Debilidades que de no haber sido detectadas, aceptadas y trabajadas hasta el cansancio hoy no tendría la certeza de que el cambio ha irrumpido mi Ser para mostrarme su efecto y realidad, la realidad de vivir fantásticamente. Ostentar certeza es Ser, Tener y Aceptar. Ser es etéreo, alquímico, vibrante y poderoso, es aquello que uno desprende por el simple hecho de existir. Etéreo porque es darse cuenta de UNO sin esfuerzo alguno, es energía que vibra, late, hace, rehace, deshace, erige. Es el arte de hacer magia con mi Ser. No poseo definición alguna para describir el Ser, pero poseo la certeza de lo etéreo que me habita. Requerí toneladas de conciencia para llegar a sentirme, intuirme, captarme y verme tal cual soy. Es una maravilla poseer la certeza de lo etéreo, insustancial e invisible que me habita. Vivir anclada a mi Ser me da la certeza de dar pasos firmes, seguros y confiados en mi diario quehacer. Aun salen a relucir secuelas de miedos e inseguridades más basta aplicarles una mínima dosis de certeza y todo se equilibra dentro de mí. Antaño permití todo tipo de miedos, enfermedades e inseguridades olvidándome Ser. Por experiencia sé que cuando uno se olvida de uno, uno no se siente, uno no se sacude la pesadez por el contrario uno se intoxica de lo superficial, la egolatría o el materialismo. Uno cae en el pozo de las desgracias. Uno esta tan ocupado abasteciéndose de bienes materiales, luchando con paranoias o ansiedades que no se tiene tiempo para darse un apapacho espiritual, para darse espacio o un poco de amor, uno da por hecho que no se tiene tiempo para ridiculeces. La gravedad el asunto es que no se trata de ridiculeces, se trata de ir a la fuente de vida para reabastecerla o reestructurarla del daño que uno le provoca por puras inconsciencias. No es cuestión de tiempo o de arroparse de bienes materiales, es una situación de entrega para descubrir, reestructurar o rehacer la fuente de vida. Es una cuestión de voluntad para purificarse, es un acto de responsabilidad para no claudicar en el intento. Poseer certeza ante cada paso que doy me deja maravillada del resultado, lo constata la causa y el efecto de mis acciones, reacciones y conductas. Mi Ser es alquímico gracias a la fuerza, energía y constancia que imprimo a mí vida. Hacer alquimia conmigo es transformar la negación en aceptación, es aceptar hechos, situaciones o acciones para elevarlos en vibración. Uno aprende a desgastarse fácilmente, pero aprender a purificarse por voluntad propia es de alta exigencia y constancia. Es fácil explotar, entrar en ansiedad, miedos, incertidumbres o abandono pero entrar en calma, serenidad o estar en paz le demanda a uno dar un giro de ciento ochenta grados para purificarse, para hacer alquimia con uno, en ello residen mis practicas espirituales; ante el enojo apelo a la naturalidad y la alquimia sucede, ante la ansiedad templo mi templo y el equilibrio me rescata, ante el miedo saco mi historial crediticio y me percato que no he asesinado, robado, violado o engañado entonces me cuestiono “porque temes” e inmediatamente brota la valentía transformando densos humores en apacibilidad y serenidad, es pura alquimia llevándome a la calma. La práctica hizo a la maestra, al atravesar cuantiosos eventos pesados, desgastantes, irritantes, bloqueantes y hasta chocantes. Todo, absolutamente todo aquello que irrumpe mi alma lo traduzco en serenidad “constante” que no suelto ni de noche, ni de día. Hoy poseo la certeza de que hago alquimia conmigo. Poseer certeza es saberse capaz de atravesar obstáculos, es darse cuenta de la cantidad de eventos que se superan, es congraciarse con uno para ir resolviendo pendientes de vida. He declarado uno tres andamios que me dan certeza de vida “Ser”, ahora expondré lo que me significa el “Tenerme”. Tenerme no es cuestión posesión, es activar mi compendio existencial descrito anteriormente. Tenerme y no ocuparme seria como arrojar a la basura tan hermoso cerebro, inteligencia, espíritu y cuerpo conciente de sus capacidades. Vivir conciente de mis posesiones me da certeza para caminar por el camino que me trace sencillamente porque cuento conmigo. El último peldaño que sostiene la triada de la certeza lo llamo "Aceptarme". Y aceptarme ha sido lo más fácil de obtener, sencillamente porque aprendí a Ser, Tenerme y el resto sucedió.
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