Fuerza

Fuerza es esa sensación de poseer una vasta, inagotable e increíble fuente de energía, es como fuego irrigando la totalidad de mi cuerpo. Fuerza es esa sensación de sentirme superpoderosa por la simpleza de estar contenta, activa, creando. Es sentirme poseedora una fuente de vida cristalina, inagotable y serena. Ya intuía de niña la fuerza que poseo, desde que tenia uso de razón, solo que por aquel entonces usaba la fuerza física, de trabajo aquella que uno emplea para hacer todo tipo de tarea del día a día era como moverme automatamente, siguiendo el ritmo de vida externo, cubriendo prioridades, concretando deberes, responsabilidades o pendientes en otras palabras vivía por vivir, carecía de comprensión y reflexión de una de tantas posesiones –fuerza interna– aquella que a uno lo dota de energía, fuego y espiritualidad. Vivía inconsciente de mi propia fuerza interna, aquella que uno lo impregna de luz, aquella que a uno lo hace única e irrepetible. Gracias a Dios llegue al punto de descubrir, sentir y procesar mi propia energía para traducirla en fuerza sobre todo cuando la aclama mi vida. Hoy comprendo, empleo y despliego fuerza, energía y fuego a lo largo y ancho de cuanto deseo espiritual urja a este corazón. Desde siempre aclame encontrarme, resucitarme, vivir la vida en bien propio y de la vida que me rodea. Redescubrir mi beta de oro no es casualidad, es resultado de francos intentos por encontrarme, comprenderme y aceptarme tal cual soy. Requerí de inagotables cantidades de fuerza espiritual para entender porque tanta ira en mi corazón, porque tanto resentimiento y violencia hasta el punto de tocar fondo. Fue la constancia y voluntad por rescatarme, sanearme y purificarme hasta el punto de lograrlo, lograr canalizar fuerza a mi vida. Hoy soy mi propia gestora de vida, genero, almaceno y prodigo fuerza espiritual para emplearla sabia e inteligentemente, no permito derroches y si por alguna razón me descubro malgastándola automáticamente me centro en el instante para cerrar la llave de su despilfarro. Me emociona, encanta y alegra saberme poseedora de luz, comprensión y fuerza para no ser presa de condicionamientos. Saberme capaz de gobernarme por mí, sin injerencias ajenas es lo más loable que he logrado para ser compartido con los seres que amo. Al comprender y emplear la fuerza espiritual uno se transforma, se ganan batallas día a día, se crean compromisos de renovación, se vive armoniosa y espiritualmente. Los desgastes emocionales, incertidumbres, paranoias, miedos son historia en este instante vivo anclada a mis nuevas adquisiciones espirituales <<fuerza espiritual>> posesión que definitivamente me hace sentir diferente, pensar diferente, actuar inteligentemente e irrigar sabiduría con tal fuerza que salpique mi caminar de serenidad, solidaridad y empatia camine por donde camine.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Barro hediondo

Cuatro palabras

Serenidad

Sintonizar con la vida

Fuerza de voluntad