El arte de estar conciente

El arte de estar conciente me mantiene en armonía con la vida, en sintonía con Dios y concordancia con la tierra que piso justo en este instante -en mi ambiente casero-. El arte de estar conciente es vitalidad que impregno a mis sentidos aun y cuando el ruido exterior, injerencias ajenas e interrupciones asalten el instante. Aprovecho lo que me desequilibra para hacer arte con mis sentidos. Hacer arte para estar conciente me exige temple, constancia y valentía para tomar los cuernos de la vida tal como se presentan, no llegue a esta tierra para sentarme en el nicho de la comodidad, llegue a esta tierra para profundizar en el arte de tomar conciencia de lo que Soy, hago y digo, solo entonces fortalezco mi conciencia. Quien comprende la profundidad de tan excelsas palabras “Arte y Conciencia “sabe que no se trata de papel o lápiz, sabe que se trata de una obra espiritual, de hacer arte con los sentidos, de ser creativa para descorrer “lienzos de buena voluntad” que reconfortan y empoderan el alma. Hacer arte con los sentidos equivale a “gestionar mis conductas” trazar mi propio destino espiritual. “Abrir el corazón” hasta el punto de tomar tremendas bocanadas de conciencia. Me resulta gratísimo saberme conciente gracias al arte que voy tatuando en el alma.
♦Lienzos de buena voluntad
Los lienzos de buena voluntad aluden al compendio de mis acciones, a mis pensamientos incesantes y creativos concretándose. A mi conducta grabada con tinta de conciencia invisible, a mi proceder constructivo, reconstructivo e iluminante en pocas palabras es el resultado de lo que Soy. Cuando uno habla de UNO sin pelos en la lengua el alma se engrandece porque es conciente.
Gestionar mis conductas
Gestionar mis conductas me llevo a obtener la “expertis”. La expertis en materia de gestión emocional, lo cual no alude al ego para quedar bien con otros, alude a la increíble satisfacción de ser gestora de mi propio equilibrio emocional. Requerí décadas para llegar al punto de declararme saludable. Y estar saludable es  expertis en materia de sabiduría e inteligencia. Se requirieron toneladas de buenas intenciones para redireccionar mi vida, se me exigió tomar conciencia de mis acciones hasta el punto de darme cuenta de lo que soy y como soy. Debí caminar por la ruta de la constancia para no claudicar, me aferré a gestionar conducta a conducta de mis bajos planos emocionales hasta el punto de elevarlos en vibración. Fue la responsabilidad espiritual quien me coloco en el plano de la sinceridad para no dar cabida a la deshonestidad, encubrimiento o falsas actuaciones para manipular mi vida. Gracias al ser responsable conmigo detecto -cuando disfrazo alguna conducta- -cuando oculto algo- -cuando mis pensamientos son enjuiciantes- así como llegan se van gracias al aplicar a esta mente toneladas de conciencia. Gestionar los sentidos no es para débiles de mente es para guerreros de corazón que tienen el poder y control de su vida.
♦Abrir el corazón es de Dioses.
Fue Dios quien me mostro como se hace para abrir el corazón a la dulzura de la vida, como emanar, vibrar y sentir la pureza del amor por UNO. Odiaba la palabra amor porque desconocía su fuente, esencia y poder resultado de hallarme en tan bajísima polaridad. Largo, sinuoso, espinoso y hasta doloroso fue pasar del odio al amor polaridad que magistralmente llegue a dominar gracias a la cantidad de mensajes que Dios fue dejando por mi camino cual hojuelas de luz. Cuando UNO abre el corazón a la vida es porque la conciencia lo alumbra a UNO entonces todo cobra sentido, se mira, respira y se vive diferente sea la época que sea.
El arte de estar conciente es una sagrada tarea que no se pospone, arrumba u olvida. De olvidarse la toma de conciencia se corre el riesgo de caer en banalidades, egoísmos, enjuicioamientos y hasta violencias que debilitan al alma. El arte de estar conciente, es todo un arte porque UNO esta en constante mantenimiento espiritual.

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