Rutinariamente Productiva

Despertar
Despertarme me exige colocarme en el plano de la salud mental y para lograrlo debo estar conciente de mí. Despertarme me requiere mantener mi mente en absoluto despabilamiento, sin pensamiento alguno, en silencio, elevando vibraciones segundo a segundo para no atraer pesadez, desgano o apatía al cuerpo. El efecto es una increíble sensación saludable. Habituarme a despertar en serenidad, impregnándome de atención divina, sintiendo y pisando firmemente un nuevo día es mi rutina productiva. Cuando consagro mi despertar, consagro mis acciones del resto del día.
Leer
Posterior al despertar me preparo para leer, tomo del estante el libro que está siendo analizado e inicio a empaparme de sus letras. Adquirir el conocimiento es lo más loable que este cerebro ha logrado gracias a la práctica del aprender día a día. Y no hablo de aprender conocimientos generales, apunto al conocimiento espiritual, aquel que va abriendo betas de mi existencia, de mi razón de Ser, de purificar alma y corazón mediante lecturas que mágicamente se van colocando entre mis manos. Y digo mágicamente porque cada que me dispongo a buscar, elegir o comprar algún libro; sorprendentemente se posa ante mi mirada el libro a ser adquirido, no es charlatanería, es la experiencia acumulada a lo largo de los años. Cuando leo; cerebro y corazón se apropian de nuevos conocimientos y para cuando he comprendido al autor prosigue la práctica, pongo en acción lo que aprendo porque no es una cuestión de empaparme de letras, es una situación de experimentar lo que aprendo y por supuesto que cuando algo no calza a mi espíritu automáticamente lo dejo en el olvido. Mi objetivo ante cada lectura es “Dar un paso más, no pienso”. Dar un paso más hacia la reconstrucción de mi naturaleza mediante lecturas, acciones y practicas empoderantes.
Escribir
Si, cuando estudiaba la educación primaria, por allá de los sesenta, alguien me hubiese pronosticado que mi pasión seria escribir, la incredulidad me invadiría, por aquel entonces ni mi nombre sabia escribir. Hoy, escribir es mi pasión, creación y realización porque al escribir me reinvento, transformo y disciplino. Sea que lo haga antes o después de leer escribo, escribo para fortalecer cerebro y corazón. La fuente que elijo para esbozar letras proviene de pensamientos, emociones o situaciones acontecidas en el segundo a segundo de mi vida. No es una cuestión que suceda al azar es una situación de elegir, analizar y determinar el hecho, suceso o situación meritoria de ser escrita en especial si está generando cambios en mi fuente de vida. Registro todo acontecimiento impactante en mi vida para dejar evidencia de aquello que transforma a esta mujer. Es una pasión que me mantiene ocupada e interesada porque activa mis neuronas, despliego voluntad, sincronía, sintonía, armonía y por si fuera poco el corazón plasma sinceridad en cada letra que bulle de mi campo de energía.
Ejercitarme
Si algo he comprobado para meditar profundamente; es hacer ejercicio. Ejercitarme es un deber, una disciplina, un gusto si de mantener este templo saludable se trata. Me ejercito por cuestión de salud, no es una situación de drasticidad, lo concibo como un acto de responsabilidad. Por muchos años eche al olvido mi cuerpo, fue a partir de las dolencias corporales que presentaba que el ejercitarme se convirtió en parte de mi rutina puedo fallar un día, pero no más porque el cuerpo me pasa la cuota de dolor, así que sin pretexto alguno me ejercito mediante un ciclo de ejercitamiento al que le agrego variedad, consistencia y cantidad dependiendo de cómo reaccione este cuerpo. Al ejercitarme me proveo de voluntad para hacer correctamente cada práctica, me centro en cada movimiento, pongo atención en la respiración y me instalo en la energía que demanda ejercicio tras ejercicio. Purifico la mente dejándola en silencio, el resultado son vastos campos de energía que me dejan vibrante por el resto del día.
Trabajar
Trabajar me significa realizar una secuencia de actividades agendadas previamente que demandan mi intervención cerebral. Posterior a mis rituales cotidianos me centro en emplear la totalidad de mis capacidades para crear, generar y procesar contenidos para Crece Bebe. Cuando inicio enciendo el foco de la creatividad para atender un tema, una idea, un procesamiento para hacer realidad el producto que estoy elaborando. Trabajar me exige activar mis capacidades, me demanda energía para investigar, analizar, aprender o desarrollar nuevas habilidades. Lograrlo me deja exquisitamente satisfecha porque miro cuan capaz soy de obtener nuevos aprendizajes activando neuronas. Crear y generar prácticamente se unen para dar paso a procesar toda idea, proyecto u objetivo que tenga en mente y me puede asustar al iniciar porque la falta de entendimiento, la flojera o apatía de trabajar inteligentemente bloquean este cerebro. Cuando eso sucede la fuerza es mi mejor aliada para sacar de la pesadez a tan hermoso cerebro y resolver todo pendiente ¡Y vaya que lo logro!. Amo trabajar porque al crear, generar y procesar acciones inteligentes me reto, emprendo en pocas palabras -energetizo mi vida-
Hogareña
Para nada soy hogareña. Ser hogareña no es una de mis virtudes sin embargo he de reconocer que gracias a realizar y responsabilizarme de mis tareas hogareñas he logrado virtuosas conductas como; aceptación, humildad y equidad. Valió la pena superar tanto pataleo con mi naturaleza negativa por hacer las tareas domésticas. Aquilatar tan valiosas virtudes que he venido obteniendo gracias a mi rutina hogareña hoy en día todo acto domestico lo aprovecho como un valioso medio para ser mejor persona.





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