Fuerza

“La fuerza de la vida no tiene edad para manifestarse”
. Frase que registre por allá del 2020. Hoy que me vuelvo a encontrar con ella, me inspira para aplicarle fuerza a las letras que han de armonizar su significado. La fuerza de la vida me sienta al computador después de una larga jornada de trabajo para esbozar como es que sutilmente emana del corazón para hacer una radiografía de ella, como es que mueve mis dedos al teclado e inspira mis letras. Y por si fuera poco disciplina a este cerebro para orquestar una a una las letras que darán significado a eso que llamo “La Fuerza de la Vida”. He de iniciar por apuntar el tipo de fuerza al que me refiero, hablo de la fuerza espiritual, interna, motor de vida, energía o como quiera llamársele. Aludo a la fuerza que me impulsa para no dejar pendientes en el tintero de la vida sean del tipo que sean. En ningún momento apunto a la fuerza bruta, exagerada u obligada aquella que irrumpe abruptamente la esencia de la vida. La fuerza de la vida no tiene edad para manifestarse lo atestiguan mis más de seis décadas de vida, lo sé porque me siento radiante de energía, en la cumbre de los descubrimientos espirituales, ávida por seguir explorando, probando, sintiendo y ejecutando todo aquello que amerite aplicársele Fuerza Espiritual. Amo tener en el tintero objetivos propios para ser concretados mediante la fuerza de este espíritu incansable que un día se prometió encontrar la beta de la eternidad. Mi naturaleza siempre ha sido conciente de mi motor de vida, difícilmente me quedo a mirar, esperar, seguir o pedir para movilizar la totalidad de mis capacidades siempre he sido mi propia proveedora gracias a la fuerza espiritual que emana de mi naturaleza. Me encuentro en una etapa de vida donde la fuerza de vida amerita ser canalizada inteligentemente, hablo de aplicarla hacia todos los planos de mi existencia sea mental, espiritual o corporal ahí centro mis acciones de transformación desde el día que anhele salud espiritual.
Mental: Cuando me descubro mentalmente extraviada, efecto del ruido que me provoco de inmediato apelo al silencio para descontaminar esta mente, lograrlo exige fuerza, voluntad, energía surgiendo desde mis cavernas para desviar todo contaminante que atente con tan preciado silencio mental. Estar en silencio mental, es como meditar, aun y cuando el ruido externo se encuentre en su máxima expresión. Aprendí a meditar con cantidad de injerencias, perturbaciones, preocupaciones, miedos, inseguridades y paranoias aprendizaje que hoy en día domino gracias a poner mi mente en absoluto silencio y serenidad cuando se ve irrumpida o provocada por negligencias propias o extrañas. Toda encomienda que surge a lo largo del día la coloco en la lupa de la meditación para su ejecución, gracias a lo cual obtengo resultados gratificantes, merecedores de un trofeo a la satisfacción, efecto de los esfuerzos realizados en cada cometido ejecutado.
Espiritual: Debo confesar que el cometido más demandante, aguerrido y hasta obligatorio, si de sincerarme se trata, es el de Ser Espiritualmente Real y Verdadera tarea que me exige alta energía y voluntad para escalarlo, aquí es donde aplico la mayor fuerza desde el día que me propuse sanar espiritualmente. Ha costado intensos desgastes emocionales mas es gratificante sentir mis avances. Ir ascendiendo por la escala de la espiritualidad me tiene ampliamente atraída cual imán que no suelta su objetivo. Descubrir la delgada línea para ascender de la oscuridad hacia la luz no es nada fácil, se precisa de una tremenda fuerza para salir de las tinieblas y caminar con certeza hacia la luz de mis acciones, ahí reside la interminable e incansable faena espiritual. Uno ha de ser transparente con uno y con los demás cual gota cristalina que todo lo transparenta, lo cual es titánico porque a uno lo invaden más los ocultamiento, los prejuicios, antivalores, el miedo, la cobardía o la violencia cantidad de contaminantes propios o ajenos y si uno se empapa de ellos sencillamente no hay cabida para hablar espiritualmente. Por ello mi alusión al decir que Ser Espiritual es el cometido más aguerrido que me estoy labrando a grandes, medianas y pequeñas escalas de conductas, reacciones, acciones, pensamientos y cometidos. Me he prometido sanearme hasta purificarme en vida porque para que quiero hacerlo cuando muera, para entonces mi oportunidad ya expiro.
Pensar: Todo pensamiento que se procesa en mi mente esta delicadamente elegido, protegido y resguardado siempre y cuando aporte salud, creatividad y renovación. A todo pensamiento que deseo concretar le aplico fuerza gracias a lo cual lo hago realidad. Si pienso en dibujar, simplemente dibujo. Si surge un título para ser escrito, lo registro en la agenda de espera y llegado su turno lo desarrollo. Si trabajar es el cometido -sencillamente trabajo con cerebro y corazón- es mi línea de actuación cuando de emplear pensamientos positivos y saludables se trata mas en el trayecto de la vida también se cruzan pensamientos nocivos, autodestructivos, de nula aportación espiritual cuando me sucede imprimo mi mayor esfuerzo para anular todo contaminante que atente con mi mente. Si por alguna razón me asaltan pensamientos negligentes hacia mi persona, esposo o hijo corro al corazón para aplicar fuerza a esta integridad y dejar de pensar mal del prójimo sobre todo si se trata de mi familia. Si por alguna razón estoy agobiada debido a las demandas domesticas automáticamente me trepo al umbral de la conciencia y me digo -elegiste jugar a la casita y tener un hijo, así que enfrente las consecuencias señora Consuelo, acepté su realidad-. Es más fácil que broten pensamientos negligentes que purificantes en mi día a día por ello mi aguerrido trabajo espiritual para no claudicar. La "Fuerza de la Vida" no tiene edad para manifestarse y estoy encantada de valerme de tan preciada joya que un día escribí en mi agenda de pendientes para ser concretada.

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