Proyectos

Ayer viví agosto negro, cerré septiembre espiritualmente renovada y en este instante la energía captura octubre. El tiempo va definiendo, alineando y concretando mis proyectos de vida, proyectos que son el compendio de una larga travesía que he venido recorriendo desde el día que toqué tan bendita tierra. Deseos que cobraron vida en el instante que convertí mis intenciones en acciones gracias a la conciencia, la voluntad y el poder andamios que son la base de una transformación espiritual. Al dejarme guiar espiritual y mentalmente por mis ancestros realmente gozo la esencia de la vida, es como decir; “estoy bien y de buenas” así de simple es el efecto de la fuerza espiritual que hoy en día me acompaña. Fuerza que disfruto en este instante.

Conciencia. – Mi principal fuente de vida la constituye la conciencia, al estar conciente de mí, estoy conciente de lo que vivo, no me contamino, ni contamino a otros. Transformación que logre gracias al comprometerme conmigo pues ante el mínimo ocultamiento del como soy caería en el pozo de las inconciencias. Todo inicio cuando deje de pelear con la vida, cuando me encontré con un mensaje de Jesús diciéndome al oído; “No te resistas a ningún mal, aunque sea mal, no te resistas porque si te resistes, el mal vencerá. Tú eres una energía minúscula no te resistas. Si luchas, ya has sido derrotado. No luches y nadie podrá derrotarte. Aunque se trate de una fuerza muy mala del mismo diablo, si no luchas, no pueden derrotarte porque en cuanto empieces a luchar, ya has sido derrotada. Si luchas la derrota es absolutamente segura, si no luchas, no hay posibilidad de fracaso porque ¿Cómo vas a fracasar si no luchas?” Maravillosa consigna que me encontré por allá del 2011 cuando me hallaba sumida en la obscuridad, peleando con todo y defendiéndome como gato boca arriba, mi mente no daba cabida a dejar de luchar, luchaba con todas mis fuerzas contra todo aquello que atentara con mi vida no me daba cuenta que me agotaba, languidecía, enfermaba una y otra vez hasta el día que tomé conciencia. Al dejar de luchar descubrí el efecto de las letras que Jesús un día coloco frente a mí y hoy que las vuelvo a releer es como descubrir el secreto de la vida. Estoy exenta de obstáculos, problemas, tropiezos o barreras y no porque no me circunden por el contario, los vivo casi a diario más el simple hecho de permitirles rodearme sin luchar con ellos me exenta de sus efectos, es la luz de la conciencia tocándome para no caer al pozo de las inconciencias. Múltiples dolores, sinsabores y hasta arrepentimientos hube de experimentar para confirmarme conciente, solo me prendé de la consiga -deja que suceda, deja de luchar- entonces la conciencia sucedió. Hoy estoy conciente aun y cuando caiga en inesperadas inconciencias, solo me aferro a ella, a base de voluntad, el fin es poseer una fuente inagotable de conciencia.

Entregada a la voluntad. Decir que poseo voluntad, es decir que estoy logrando un tremendo crecimiento interior gracias a la constancia. No quepo de felicidad al saberme poseedora de una bendita transformación espiritual. El día que me vi inconciente y fea me di a la tarea de echar andar la maquinaria interna, active la voluntad hasta lograr el suceso más importante de mi vida; estar conciente de lo que hago, pienso y digo trabajo que realizo segundo a segundo, exigiéndome una entrega absoluta para estar conciente de mí, sin un ápice de evasiones, justificaciones o rechazos porque de no ser así la voluntad sencillamente brillaría por su ausencia y la inconciencia de apoderaría de mí. He vivido cantidad de experiencias desgastantes más la voluntad me inspiro para echar andar un proyecto de vida saludable en el plano mental y espiritual. Amo mi voluntad porque gracias a ella me visto de energía para no claudicar, activo cantidad de posibilidades para dar claridad a mi vida, me nutro de fuerza para vivir saludable proyecto que me está llevando a vivir la vida sin luchar con ella.

Cimentada en el poder. Guau! estoy impregnada de poder, suceso que logré gracias al memorable acto del querer Ser. Los tropiezos, sinsabores, amarguras e inconciencias me obligaron a levantar mi propio trono de poder. Trono que está constituido de inteligencia para activar deseos, ideas, pero sobre todo de capacidad para desempolvar este cerebro, adquisiciones realmente valiosas. Ser poseedora de un espíritu capaz de volar sin miedo y de un alma serena, sosegada y hasta saludable es el trono que pacientemente voy erigiendo en aras de lograr una real transformación. 




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