Ritmo de Vida
Sentir el ritmo de vida bajo un nuevo visor, es caer
en la cuenta de mi realidad. La realidad que tanto anhelaba conocer, comprender
y aceptar. La realidad que vivo la tengo en la palma de mis manos lo cual me
torna infinitamente feliz porque veo los pendientes que aún tengo por resolver.
Percibo las vetas que aún me faltan por descubrir, vetas espirituales que precisan
de una tremenda disposición para hacer arte con mi vida, prendarme de mis actos
para cristalizar mis acciones, emprender una travesía a lo largo y ancho de mi ritmo
de vida. Preciso de tremenda energía, constancia y valentía para recibir lo
glorioso de la vida y comprender los embates que me cimbran, colapsan y hasta
derriban, valiosa oportunidad para hacer arte conmigo. Recibo con sapiensa todo
desajuste sea mental, espiritual o corporal, al hacerlo empodero mis sentidos,
me prendo de conciencia, inteligencia y sabiduría entonces mi vida se
transforma, se torna dichosa. Preciso de sutileza, apertura y disposición para
gestar vibraciones de altísima comprensión para equilibrar mis sentidos y estar
en serenidad conmigo, lograrlo me vanagloria. La única responsable de encumbrar
mis acciones, reacciones y actitudes en este ritmo de vida “soy
yo” al hacerlo me miro y siento diferente. A eso le llamo vivir congraciada
conmigo y con la vida.
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