Cada amanecer me proveo de pequeñas dosis de lectura en beneficio de mente y corazón, gracias a lo cual propicio suficiente energía mental para crear, amar y soltar triada de acciones cual mantra que organiza mi propio cosmos, es como si diseñara mi propia arquitectura solida e inquebrantable. Me resulta fascinante ser protagonista, observadora y testigo de mi realidad moldeada desde las profundidades del alma. Ahora comprendo la naturalidad que me habita.
Alerta de mi lengua. Si algo tengo claro es la inconciencia de mis palabras. Palabras que salen abruptamente de mi boca desafortunado acto que solo lesiona. Vivo alerta de los sonidos que emite mi lengua, la meta es procesar frecuencias limpias, vibrantes e iluminantes. Expando el silencio mental profundamente, entonces y solo entonces, me torno observadora. Observadora que aquieta su lengua. Es lo más saludable que he hallado para redimirme ante la vida. Alerta de mi mente. Bastan microsegundos para que mi mente divague, enferme o se extravié. Microsegundos que llegan a gestar incoherencias, retorna al pasado o sueña con el futuro. Perpetra cerebros e irrumpe la mente de otros resultado de lo nefasto que llega a ser la inconciencia. Orar es el medio del que me valgo para hacer limpieza a tanta barbaridad que cometo. Orar es la práctica que silencia mi mente. Oro sin palabras, pensamientos u otro medio que implique activar la mente simplemente; vacío la mente . Experimento el vac...
Mi vida por completo, mis emociones, sentimientos, intelecto, cuerpo, mente, alma todo se halla implicado, todo está en juego. Es la última aventura que juego.
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