Sugestión
Sugestionarme fue una de tantas
enfermedades silenciosas que padecí y que deje en el pasado, ahora puedo hablar de ella sin rastros de temor. Había que lidiar
con lo irreal de la maldad quien resultaba ser tan real que solo yo lo sabía afortunadamente encontré la salida de tan necrótico laberinto terrenal. La
experiencia de haber sentido tan de cerca la maldad aún se prenda de mi memoria
y lo que para otros sería una sugestión para mí fue una realidad que se evaporó cuando mire diferente. La sugestión es una enfermedad silenciosa para la que no
existe medicamento, remedio o fórmula alguna en aquel entonces solo contaba con
la valía espiritual guiándome hacia el jardín de la salud. La sugestión fue hechizo que deje en
el pasado gracias a la luz divina y no por decir luz divina refiero una
sugestión por el contrario hablo de la capacidad para saber discernir entre inteligencia
y sabiduría, entre realidad y maldad lo ratifican las experiencias vividas,
experiencias que me permitieron descorrer el enigma de la sugestión, comprender
sus orígenes y liberarme de ella el cómo lo logré no tiene importancia porque no
se puede describir, por algo se llama sugestión, resulta tan impredecible,
imperturbable y hasta invisible que busca los recovecos más oportunos para
penetrar en la inconsciencia e infectar
el alma. Si tiempo atrás alguien me hubiese hablado de sugestión daría por hecho que es su imaginación o que
son tonterías porque así es ella, la sugestión, está perfectamente armada de
evasiones, justificaciones o negaciones para ocultarse entre lo real e irreal
solo la luz de la conciencia alumbra el obscuro túnel donde se esconde. Ser
consciente de la vida me conecto con Dios
liberándome del hechizo que enferma a la mente y si uno se lo permite la arrastra
a las profundidades de la inconsciencia tornando el alma temerosa, aterrada, temblorosa,
con miedo a la vida es como si se encendiera un televisor y al mirar una
noticia catastrófica en cuestión de instantes uno ya se siente inseguro, tembloroso
y hasta echa mil cerrojos a las puertas, lo sé porque lo hacía. Por cada sonido
que capturan los sentidos partículas etéreas alcanzan el cerebro realizando una
poderosa programación mental, una potente programación que permite a la
sugestión anidar, apropiarse de mente y alma la propia sugestión diría que
estoy desvariando, lo sé porque así actúa por ello la abandone y lo logré gracias
a un poderoso antivirus que desinfecto mi cerebro; la conciencia. Conciencia es
el antivirus que me desprogramo de sugestiones, aquellas que no lo dejan a uno vivir,
hoy en día ya no me sugestiono aun y cuando cantidad de interferencias intentan
intoxicar mi cerebro mas no saben que mi mente se ha conectado a la luz divina.
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