Escucharme


Escucharme es lo más reparador que me ha sucedido. Escuchar el sonido de mi voz saliendo en el instante que hablo dentro o fuera de casa es la medicina que me he propuesto gestar para librar alma y mente de tan bajas densidades que provoca mi lenguaje. Y digo que es mi medicina porque el simple sonido de mi voz al ser escuchada conscientemente me permite detectar sin aún existen inconsciencias en estas profundidades. Escucharme no es una exageración, más bien es una responsabilidad, si de purificar e iluminar mi mente se trata lo cual es mi cometido, una tarea para ser replicada en el  momento de abrir la boca para intercambiar sonidos porque solo escuchándome hago limpieza a los posibles escollos que enferman la mente, la mente que tanto esfuerzo me ha costado mantener en reposo. Poseer una mente en silencio no es una simpleza, es una proeza, se requiere de valentía para rescatarla del parloteo incesante que enferma al espíritu costó lágrimas, esfuerzo y comprensión para mirarla diferente, para aceptar que es parte de mi naturaleza, descubrí que es la fuente de vida que me mantiene unida al TODO así que; ¿porqué no darme a la tarea de mantenerla saludable? solo requiero escuchar los sonidos que salen de mi boca traducidos en lenguaje, ¿porque no rectificar? cuando está boca emite barbaridades, ¿porque no cerrarla? cuando está a punto de evocar vulgaridades tareas que no son nada fáciles preciso de temple para estar alerta de lo que voy a decir, requiero mantenerme en constante acción, reacción y lucidez para no resbalarme entre incoherencias verbales. Por cada cometido que me propongo para alivianar el espíritu; mi conducta da fe de cada logro y para nada es una cuestión de buen comportamiento, es una situación de renovación espiritual gracias a lo cual Dios me invita a sumergirme en una sublime conexión con él. Nuevas experiencias me llegan al escucharme, siento diferente, miro la delgada línea de interconexión desde otra perspectiva, capto otro tipo de vida, capturó mensajes de otra naturaleza situaciones que van marcando mi destino por el simple hecho de hacer una consciente limpieza a la casa. Sé que me falta un buen tramo por recorrer para purificar mi lenguaje y sanear las palabras que aun salen de esta boca con tremendas barbaridades  e inconsciencias más estoy dispuesta avanzar hasta sanear lo que daña a esta mujer. He sentido lo bien que se siente vivir en armonía y no deseo soltarla por nada del mundo. Palotear con otros me encanta y cada que parloteo las oportunidades surgen para escucharme, lo cual es el indicio para saber si mi curación se encuentra encaminada.

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