Sabiduría e Inteligencia


Me jacto de ser sabia e inteligente cuando de vivir en la gloria se trata. No es una cuestión de lucimiento, ni una inconsciencia, es una certera declaración que estoy experimentando hoy en día. Virtudes que desde hace tiempo me di a la tarea de indagar, conocer, sentir y hasta poseer por lo que llego el momento de hablar de ellas. Me inicie a sentirlas de manera impredecible e imperceptible, diría que por arte de magia, hasta el punto de tomar conciencia de ellas, dilucidar su poder, su delicada vibración expandiéndose a lo largo y ancho de mi aura. Virtudes que concibo cual doctrina digna de ser replicada por mí una y otra vez ante este ritmo de vida tan impredecible circundando tan hermosa tierra. Pilares enraizados en mis entrañas, pilares que se encontraban adormecidos más la faena incesante que he venido realizado, mental y espiritualmente, me han mantenido despierta, hoy sé que son la luz de mi conciencia. Inteligencia y sabiduría son virtudes que no solo me han sido entregadas a mi, han sido otorgadas a la humanidad, compete a cada alma activarlas si desea vivir entre dicha y gloria. Me inicie a sentir la inteligencia al abordar el término en un tema que compartí por las redes sociales. Cuando profundice en las capacidades cognitivas gradualmente fui descubriendo las grandes diferencia que existen entre conocimiento e inteligencia, conceptos que corren el riesgo de confundirse. Desde mi entender inteligencia es la facultad que se va estructurando en base a esquemas de pensamiento y de uno depende activarla, renovarla y expandirla, conocimiento para mi solo es la adquisición de información. No es lo mismo decir que pienso como pensaba hace cuarenta años a  decir que; –a mis sesenta años pienso extremadamente diferente–  gracias a que me atreví a propiciar nuevas estructuras de pensamiento. Es tal la confusión que existe entre conocimiento e inteligencia que se llega a concebir que a mayor conocimiento, grados o títulos mayor inteligencia se posee, no me siento una erudita para afirmarlo, me siento una mujer capaz de activar sus capacidades cerebrales, estoy dotada de voluntad para renovar por iniciativa propia este cerebro. La inteligencia, desde mi entender, se posee desde el momento de nacer dependerá de uno emplearla o no, el conocimiento no es la garantía del ser inteligente la toma de decisiones que se van teniendo por la vida desnuda los hechos del que tan inteligente sé es. Tengo claro que uno es inteligente al tomar sus propias decisiones de vida desde; se quiere estudiar o no, se quiere trabajar o no hablo de elecciones de vida por convicción propia, del tener la capacidad de regir la vida por iniciativa propia eso sí que es ser inteligente. Debo aclarar que hablo de mí, convencida estoy que el mundo entero es inteligente en el momento de hacer sus propias elecciones de vida. Como lo he expuesto el poder de la inteligencia reside en la capacidad de activarla porque cuando a uno lo atrapan injerencias externas; pensamientos, ideas, esquemas o paradigmas de otros  uno se queda adormecido cual zombi, esperando que nos digan que hacer, a donde ir, qué camino seguir uno espera y espera a que otros nos den la línea para hacer lo que sus neuronas ordenan lo paradójico de tal conducta es que nuestro cerebro está en nuestra cabeza esperando ser activado, esperando hacer con él lo que uno desee. Renovar los esquemas de pensamiento es un debe cuando de ser inteligente se trata y cuando digo renovar hablo de habilitar nuevas capacidades cerebrales lo cual demanda esfuerzo, intención y voluntad para no doblegarse ante la pereza que causa la falta de ejercitamiento cerebral, la somnolencia que insiste en cerrar los ojos hasta caer en sueño profundo y perezoso, el cansancio brota por toda la piel y el tedio aclama un relajante, un distractor o droga visual de cualquier tipo para que el cerebro vuelva aconcharse en su milenario rezago. Así de imponentes son las barreras que uno enfrenta cuando de renovar las capacidades cerebrales se trata pero si uno es terco y se empecina en hallar el camino para no claudicar, uno desarrolla musculo cerebral, a mayor practica mayor renovación; el cerebro resiste mayor presión, las neuronas se desempolvan, logran sinapsis diferentes y no sucede por casualidad es efecto de la voluntad porque la voluntad obliga, impulsa y energétiza al cerebro hasta activarlo, renovarlo y por ende se expande a eso le llamo ser inteligente. Cantidad de vetas abre el hecho del ser inteligente pero lo más inteligente que uno llega a lograr reside en el hecho de NO volver a caer en encuadres terrenales trazados bajo absurdos paradigmas. Sabiduría… linda palabra que evoco delicadamente con la mirada e intento dar su descripción con los dedos al teclado esmerándome en no profanar ni un ápice su esencia. Sabiduría capacidad de reacción, elección y actuación ante lo  conocido e impredecible de la vida. Ser sabia no lo decidí por convicción llego por aras del destino y llego cargado de responsabilidades. Decidí emprender la sabiduría cuando me di cuenta del daño que provoca su carencia en esta alma, decidí ir por ella cuando las enfermedades, trastornos y males tocaban incesantemente las puertas de mi cuerpo y mente fue entonces cuando inicie la travesía de ir por ella. Infinidad de contratiempos, infortunios, desesperanzas y hasta dolores hube de atravesar más nunca perdí la esperanza. Para cuando llego; surgió cual efecto domino, moví una ficha y el resto de ellas cayó fue como atender un solo malestar y el resto de mis infortunios desaparecieron. Cuando me familiarice con mis capacidades, abrí la veta de lo que estoy hecha efecto de estar consciente de lo que hago, digo y pienso, es la sabiduría tomando significado en mí. Sabiduría e inteligencia son virtudes que nos fueron entregadas el reto no es mirarlas en otros, sentir que nos son ajenas, lejanas o imposibles para ser parte de ellas, el reto es desarrollar la capacidad para poseerlas. Quien busca la sabiduría e inteligencia es porque sabe de antemano que deberá estar expuesto a trabajos emocionales incesantes hasta lograr una purificación mental y espiritual. Cuando se es inteligente por ende la sabiduría brota cual fuente inagotable de vida. Cuando la inteligencia se nutre de la conciencia en automático la sabiduría se apropia de mente y alma, espiritualmente uno está en comunión con la vida.

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