Crisis Familiar

Mi crisis familiar concluyo cuando caí en la cuenta de que era yo quien la provocaba. Mi crisis familiar se cerró cuando mi terca mente dejo de pelear con otros. Recién viví una crisis familiar que surgió por cantidad de inconvenientes, desajustes, falta de comunicación y hasta perjurios. Cuando la cabeza se enfría uno mira diferente, uno sabe el grado de responsabilidad que tuvo en el conflicto y si uno se encuentra dotado de sinceridad, uno asume su responsabilidad en el problema. Toda crisis me fractura, en especial está que me dejo lánguida, con tremendas fisuras emocionales. No acostumbro a darles cabida a las crisis en casa pero el encontrarme en medio de un reajuste familiar ante la llegada de un nuevo integrante las cosas cambian; las conductas son distintas, los hábitos difieren, el lenguaje es distinto, los pensamientos son de otra naturaleza situaciones que me están probando a cabal profundidad. Pero viendo la situación desde una perspectiva positiva he de decir que gracias a esta crisis familiar caí en la cuenta de que soy responsable del clima hogareño que se respira en casa y por ende de mi depende que se respire armonía y serenidad. Mi responsabilidad es atraer a casa nuevos aires de bienestar, el cómo hacerlo depende de mis conductas y actitudes en la familia sin dar cabida a los contratiempos, prejuicios, perjurios  o pensamientos negativos porque en el momento que lo haga encenderé la chispa del fuego que me habita y por lo tanto explotare, como tampoco se trata de restarle importancia, me queda claro que la determinación, conductas y formas de ser de quienes hemos erigido este hogar atraerá irremediablemente el equilibrio hogareño, así de simple es cerrar una crisis en un templo familiar. Me jacto de ser una mujer inteligente y hasta sabia pero convencida estoy que cada declaración que hago es probada hasta sus raíces, como me sucedió cuando me inicie a meditar y ahora que atravesé por esta crisis hogareña fui probada nuevamente al perder los estribos, situación que ya había experimentado en otros tiempos, me sé una mujer que pierde los estribos rápidamente mas no había atendido tal conducta pero el evento que recién vivi me vino a urgir atenderlo; dejar de ser iracunda y aferrarme a no perder la ecuanimidad emocional. Los peldaños que se van escalando en materia de madurez y equilibrio emocional ayudan en mucho a tener un enfoque diferente ante las crisis familiares, me queda claro que todo hogar que busque la felicidad deberá apropiarse de un altísimo sentido de verdad, responsabilidad y amor factores que apagan cualquier crisis por muy intensas que se tornen. La crisis que viví en casa se debió a falta de la verdad, cuando exigí la verdad incendie el clima familiar por lo que de ahora en adelante no exigiré nada, la experiencia me dice que me compete a mi Ser verdad, el resto de la familia es responsable de su propia verdad, quien soy yo para exigir a otros. Actuar con responsabilidad en casa va más allá de cubrir necesidades familiares, es una cuestión de ser leal conmigo sin dañar a otros a esa responsabilidad me refiero porque en la medida que logre respetar amplia y certeramente la integridad de las alma que habitan estos muros lograre respetarme a mí. Y respecto al amor es quizá la trampa más aguda capaz de convertir las relaciones familiares en grandes crisis. Cuando uno conoce la esencia del amor sabe lo que dice, cantidad de veces las crisis se inician apelando al amor pero uno no se percata que el trasfondo de toda pelea es el egoísmo, la maldad y hasta la crueldad dañando a otros en nombre del amor, estuve a punto de actuar así, gracias a Dios encendí la luz de la sabiduría percatándome que estaba encaminándome hacia el odio por lo que redireccione  hacia el amor reflejándolo con mis actos, no pidiendo perdón porque quien me conoce sabe que odio tal argumento tramposo. Manifiesto el amor serenandome  y me compete regarlo en casa con la naturalidad y pureza de mis actos. Tres ingredientes son la pócima para mantener el hogar purificado y no basta escribirlos, narrarlos o detallarlos la tarea es perfeccionarlos y aplicarlos.

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