Cotideaneidad
Una semana caracterizada por innumerables episodios que desestabilizaron mi cotidianeidad, episodios que fueron desde el agotamiento físico y mental hasta los imprevistos derivados de nuevas tareas hogareñas. Mas el sentirme y saberme poseedora de inteligencia y sabiduría me llevo a tomar el control de mis propias decisiones y acciones dejando pasar los humores que atentaron con mi estabilidad mental y emocional. Recibo mi cotidianeidad con total apertura para darme un chapuzón de renovación espiritual, situaciones que me habilitan de nuevas capacidades mentales y espirituales lo cual me fortalece, voy cerrando ciclos de aprendizajes por lo tanto respiro la vida diferente. Mi capacidad al emplear nuevos esquemas de pensamiento ante situaciones desestabilizantes ponen a este espíritu en un escenario espectral amplio e infinito porque es capaz de discernir con claridad aun estando en el centro de cualquier huracán, reconoce en automático sus debilidades y torpezas para no repetirlas, mi espíritu no necesita irse al Himalaya para renovarse, mi espíritu se renueva dentro de las tormentas terrenales que le toca vivir así se canse, tropiece y hasta enloquezca justo de eso se trata su sanación espiritual; de ser capaz de transformase estando dentro del caos, oportunidades para aplicar lo que declaró. Recién he declarado que medito para sanar y lo ratifico al estar sumergida en una cotidianeidad desestabilizante. Estoy en la ruta de la práctica meditativa, del poner en acción los principios de vida que recién descubrí para sanar el espíritu, principios que convertí en un arte al ponerlos en acción cada que los requiero. Consiente estoy que cantidad de interferencias atentaran con mi proyecto de vida; “Meditar; sanación espiritual” afortunadamente avanzo gracias a mi naturaleza de fe y constancia. La cotidianeidad que para muchos resulta aburrida, desesperante y hasta chocante para mi resulta una veta para desempolvar lo que obstruye el resplandor de alma y corazón lo afirma mi naturaleza de constante creación, innovación y cambio habilidades que activó cuando experimento situaciones frustrantes lo cual viene a restar importancia a las inestabilidades cotidianas. Lo sé porque al parecer estos estos días han confabulado para atraparme entre el caos domestico hasta dejarme exhausta, intoxicada de fastidio y por si fuera poco contaminada de un humor desestabilizante afortunadamente fue pasajero. Tome cuanta situación me desestabilizaba para neutralizar el ritmo contaminante de mi cotidianeidad, me rescataba en automático de la baja polaridad para elevar mis vibraciones, constantemente estuve dispuesta a ser mi propia causa y no la causa del cansancio o el fastidio, sacudía de la mente cuanta partícula de desesperación intentaba desestabilizarla, protegí con el silencio mental la energía que abastece mi cuerpo, me negué a entregarla al enojo o la ira. Fiscalice cada gramo de energía para ser utilizado en bien propio y de otros llevándome a mirar con claridad los obstáculos para saltarlos sabia e inteligentemente. Fue mi cotidianeidad de esta semana, continuó fortaleciendo el “Meditar; sanación espiritual” gracias a ello el silencio en mi es una realidad, nos hemos hermanado a tal grado que me ha dado el secreto de la sabiduría para ser empleada ante situaciones desestabilizantes, al meditar miro con naturalidad el ritmo de la vida, poseo la capacidad de atravesar con naturalidad cotidianeidades desestabilizantes. Pasar del crear con el cerebro a estancarme en la operación hogareña fue tremendamente retador para no caer en la negación, devaluación o evasión una oportunidad para aceptar lo inevitable. Rechazar o evadir cualquier experiencia que me toque vivir estaré evadiendo mi sanación espiritual. He concluido una semana más, y continúo en el centro del huracán cotidiano aferrada a mis principios de vida para salir victoriosa y fortalecida de cuanta inestabilidad toque la naturalidad de esta mujer.
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