Cerrando ciclos
Estoy
cerrando ciclos, ciclos que se iniciaron desde el momento de nacer y eso
realmente es una bendición. De aquel entonces al día de hoy mi capacidad de
conciencia ha renovado mente, cuerpo y alma, va reconstruyendo los pilares de
este espíritu. Virtudes que la vida me otorgó y que por alguna razón las olvide
por un tiempo mas no las extravíe, me encuentro en el proceso de su
rescate. Llega a ser tan impactante el cambio que voy experimentando que hasta mí me
sorprende; saberme capaz de habilitar mis dones. Dones que llegan ser
visibles ante los efímeros intercambios sociales o culturales que rara vez
sostengo, dones que se ponen de manifiesto y se ratifican en el seno de la familia, ahí es donde
realmente me muestro tal cual soy, me muestro al natural. Mi familia conoce tanto mis valores, como los antivalores que alcanzo a ver en mi, ellos saben de mis cegueras actitudinales lo cual no quiere decir que lo deba ocultar por el contrario es el entorno donde actuó al natural, espacio donde me voy reconociendo,
reconstruyendo y renovando. El nido hogareño sabe como soy respecto a la justicia e
injusticia, el prejuicio o la razón, la equidad e inequidad, el rechazo o la aceptación,
la verdad o la mentira, el amor o desamor, en el corazon hogareño son
visibles tanto mis virtudes como mis antivalores que aun me dominan, lugar donde pongo a prueba mis declaraciones,
descubro mis retroceso y avaló mis logros. Espacio donde me voy reconstruyendo,
es la familia quien me ha soportado y me ha dado la oportunidad de ir
cerrando ciclos sobre todo ahora que casi concluye mayo, un mes que fue caótico
y enriquecedor en materia de renovación espiritual. Mayo para mi es significativo
porque los aires de espiritualidad brotan por doquier, son tiempos para ser
aprovechados en bien propio y de otros, ya declaraba en mi libro; “Comunión Espiritual” Cantidad de sucesos inexplicables y mágicos se llegan a vivir a lo largo del quinto mes de cada año. Hoy en día sé que mayo es
oportuno para cerrar mis pendientes espirituales, para mirar con claridad la bruma
que adormece este corazón y darme la oportunidad del cambio. Mayo me mostró mis pendientes por resolver; solidaridad y compasión dos virtudes que mayo vino a cobrarme a flor de
piel. Me sentía solidaria y realmente no era solidaria, más bien actuaba en
bien de otros por puro interés o dicho coloquialmente –era interesada– ahí residía
el fuerte pendiente que mayo me mostró abierta y exponencialmente. Mayo me urgió ayudar por ayudar sin estar ansiosa por recibir algo a cambio, dejar
de ser controladora con otros por cuestiones materiales o por tener mayor
terreno ante situaciones cotidianas. Pendientes que aún no he resuelto y que impactan
directamente en mi hogar, me consuela saber que lo sé, que he intentando resolverlo y hasta enfrentado solo me hace falta la practicarlo para convertir mi proceder en
un valor que fluya hacia otros. He tomado conciencia de mi falta de solidaridad, requiero ser solidaria sin esperar
nada a cambio. Tenía la falsa impresión de que era una mujer desprendida pero no era real, aun me arrastra la inconsciencia hacia la avaricia y el control de otros, ese es mi tremendo pendiente por resolver. Compasión un pendiente más. Desde siempre me he sabido poco compasiva, solo que no quería reconocerlo, mucho
menos resolver mi nefasto proceder. Resulta que leí tanto acerca de la
compasión que llegue a sensibilizarme con dicha virtud solo
que dista mucho del leer al hacer y mayo me vino a recordar que tenía un severo
pendiente para afinar la conciencia, pendiente que se manifestó en mi al tomar del
librero un libro titulado; "Compasión de OSHO" mismo que me inicie a releer, más claro no podía estar; –hacía
falta ratificar la compasión en casa– la vida me estaba exigiendo ser compasiva
con los seres que digo amar, mayo me lo recordó, me lo remarco en momentos
críticos donde debía ser compasiva y hasta desprendida. Gracias a la sensibilidad que he venido gestando por el
trabajo espiritual realizado logre darme cuenta de lo inhumana que
estaba siendo en casa, logré dar un giro urgente hacia la compasión, mi reacción fue inmediata y aunque el daño que provocó mi inconsciencia hacia otros
por ser posesiva no lo podre reparar, tengo la oportunidad de disolver tan
denso egoísmo en mi, de mi depende no enfermar el corazón de quienes habitamos bajo
un mismo techo. Hoy en día soy más consciente del ser compasiva y no me declaro
como tal me aferro a sensibilizarme cuando estoy siendo malvada, me aferro a
ponerme en los zapatos de quien daño y entonces prácticamente mi mente da giros
hacia la estabilidad. Solo he iniciado su ruta, me falta
muchísimo por resolver mi pendiente, no estoy ansiosa por ser compasiva, estoy avergonzada por no intentarlo. Odiaría
quedarme en el intento por ello me prometo ser más consciente de lo que hago,
pienso y digo en casa por el simple hecho de no replicar enfermedades
silenciosas hacia los seres que amo. Mayo me declaro abiertamente mis
pendientes espirituales y aunque solo detecte dos; solidaridad y compasión
me bastan para continuar por el camino de la luz eterna.
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