Nuevas costumbres
Nuevas
costumbres estoy dominando, costumbres que nada tienen que ver con el desempeño
laboral, familiar o social, hablo de costumbres que tienen que ver con los
secretos intangibles que uno guarda en el alma, hablo de la expansión espiritual
como una nueva forma de vida, una práctica que pacientemente voy adhiriendo a
este cuerpo. Todo inicia por propiciar oleajes de energía para mover el cuerpo
rítmica y serenamente de tal manera que todo tipo de tareas sean ejecutadas armoniosamente, en
especial aquellas que me resultan desagradables, solo canalizo energía a mi
cuerpo y la actividad sucede. Poco a poco voy descubriendo el inmenso poder que
se posee para realizar lo que uno se propone con el simple “querer” haciendo lo que a uno le agrada e incluso aquello que desagrada, al final el espíritu goza de plenitud porque no fue comprimido. Paulatinamente
me voy apoderando de la suprema sensación de bienestar, una situación
que me parecía imposible lograr, casi la consigo. Sigo escalando niveles, resultado de poseer una mente en reposo, energía vibrando en
altas frecuencias y una tremenda conciencia de lo que hago, digo y pienso. Y aunque
parece desgastante su ejecución para mi es como respirar la pureza del aire entrando y saliendo de mi cuerpo casi sin ser percibido. Una costumbre más que
recién estoy iniciando es la “atención
divina”, atención que me permite sentir, oír y contactar con frecuencias de
otra naturaleza, vibraciones que me resultan inexplicables, solo las siento y me pierdo en sus regalos divinos. Son mis nuevas costumbres alimentandome de energía, sabiduría e inteligencia para cumplir mi cometido en esta
bendita tierra,
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