Desempolvar
Mi atrevimiento por declarar “desempolvar” es porque efectivamente lo declara mi historia, la
historia de mi vida. Lo declara la conciencia de mis actuaciones terrenales. En
más de una ocasión he enfrentado fuertes cambios de vida, como cualquier mortal, más siempre
me he mantenido alerta, con los pies bien puestos sobre la tierra, arrasando
con todo y contra todo aquello que urge desempolvar. Y cuando digo arrasar; es
el efecto de la energía interna que me identifica y la fe que tengo puesta en esta conciencia.
Cuando digo desempolvar, hablo de desempolvar el corazón para nada aludo a cuestiones
materiales. A lo largo de mi vida he tenido que desempolvar cantidad de situaciones
inolvidables, experiencias que han dejado frutos saludables en esta mujer. Hacerlo no me asusta, por el contrario me enorgullece
saber que poseo energía, calidez y respeto por cada evento que voy removiendo y
desempolvando. Una limpieza profunda puede significar; dejar libre de moho y
suciedad áreas físicas pero para mí significa; una divina oportunidad para dar
fe de cuanto ha sanado este espíritu, de lo feliz que estoy por congratularme con
Consuelo, por mirarla capaz de hacer
proezas con ella misma y con el entorno que le rodea y eso para mí es divinidad
pura. Poseo la habilidad suficiente para
desempolvar la obscuridad que aun atenta con tan valioso espíritu que poseo. Parece que mi libro recién publicado; “Meditar…sanación espiritual” me pide pruebas de lo que declaro en él,
le urge comprobar que es verídico lo que escribí lo cual constato porque medito entre tormentas
familiares y a eso le llamo ser fiel a Mi.
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