Extirpar el ego
Es como una delicada cirugía al
corazón.
Una cirugía que va reconstruyendo la
mente
y elevando el espíritu.
Extirpar el ego es para valientes
porque
cuando uno da por hecho que ha
fallecido
resurge de entre las cenizas
provocando
triple dolor ante los imprevistos.
Uno debe estar empapada de
sabiduría para fulminar su fuego
y de inteligencia para darlo por
muerto.
Extirpar mi ego ha sido como extraer
células cancerígenas encarnadas en
el corazón
células que enfermaban mi espíritu.
Duele, duele a tal grado que uno ya
no sabe;
si seguir siendo su esclavo o someterse a su dolor
para extirparlo para siempre.
Ya una vez declare que lo había extirpado
y el día que lo hice resurgió de entre las
cenizas.
Hoy es un nuevo día y jamás volveré
a declarar nada
porque conozco la magnitud de su
presencia
pero si he de declarar contundentemente que;
“poseo voluntad para ir por la sabiduría de vivir”
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