Rotundos aprendizajes
La muerte me deja rotundos aprendizajes, lecciones que no se
hayan en ningún otro lugar solo teniéndola cerca, muy cerca de mí. Miedo a
morir es un sentimiento que abandone hace años y no porque sea jactanciosa o me
sienta súper poderosa, supere el miedo a morir cuando descubrí el continente, cuando
solté el contenido desde ese entonces logre vivir en libertad. Me di cuenta de
la tremenda valía de la soledad, la soledad de vivir conmigo porque oxigena
constantemente mi existencia. Al ver la muerte tan de cerca experimente que uno muere solo y quienes te
acompañan también están solos porque no te puedes llevar a la tumba familias,
almas o seres para que te acompañen en el más allá llegamos solos y nos vamos
solos, ¿adónde vamos o quien nos reciba no lo sé? La soledad ha sido mi
fortaleza desde niña y ahora cobra un tremendo significado porque gracias a
ella deduzco que el día que muera moriré en paz, serena no dé en balde me
esfuerzo por cumplir mis pendientes de vida conmigo y con otros. El aprendizaje
más valioso de esta recién experiencia fue que logre estabilidad emocional casi
en automático lo cual reafirma mi conciencia para no extraviarme, sensibilidad
para mirar el espectro y corazón para sentir a quien partió. No existe mayor
aprendizaje que recibir lo que el destino me marca sea la muerte o la vida.
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