Siempre me ha fascinado mercadear ahí es donde escuche: aváncele, aváncele... palabra que me inspiro para dar luz a mis letras al encontrarme en la central de abastos. Me inspira la rudeza actitudinal para avanzar cuando de hacer compras se trata. Bendita reflexión que uno llegar hacer respecto a la realidad terrenal. Uno llega a ser luz celestial y a la vez rudeza terrenal, ambas moviéndose bajo distintas frecuencias, ambas de la misma naturaleza y aunque rudeza se lea agreste, denso o negativo es una realidad de la que me valgo para moverme ágilmente, ruda porque avispo mis sentidos para no perder el control de mi respirar, tosca porque la mercancía que voy comprando va entrando a mis canastas sin orden alguno, celestial porque al avanzar un “Gracias Padre” evoco de corazón. ¡Ah! vaya que me encanta percatarme de tan loables adquisiciones que me van llevando a lograr objetivos reales, tangibles y hasta celestiales. Celestiales porque justo ahí, donde se mercadea, se viven frec...
Comentarios
Publicar un comentario
Tus comentarios son bienvenidos