Cincuenta y siete años
Mi cumple! …un día bendecido porque
nací. Nacer es como si me hubiera sacado una fortuna, una fortuna de
oportunidades porque cada segundo de oxigeno que entra a mis pulmones calibra mis
sentidos, equilibra mis acciones, soy más consciente y esa es la gran fortuna
de haber nacido. Pase por una terrible desubicación al no tener claro el día
que nací, oficialmente esta escrito que nací el 15 de febrero de 1961 fecha en que
me registro mi abuelo como ciudadana mexicana pero la mayor de mis hermanas siempre me decía -naciste el 31
de diciembre- y como creo en ella pues me celebro en este día. Lindo celebrarme
con unas exquisitas mañanitas cantadas desde el corazón, un abrazo celestial de
Dios y un despliegue de flores a lo
largo y ancho de mi mirada. Por supuesto que el pastel cumpleañero no puede
faltar, un pastel cuyos ingredientes serán de alegría por haber nacido, energía convertida en múltiples sabores, chispas de motivaciones saltando por
doquier y una vela encendida para pedir mi deseo. En el momento de apagar mi
vela deseare de corazón expandirme en el cosmos, transformar y purificar célula
a célula de este cuerpo y perpetuar mi sintonía con Dios. Mi cumple no es un día cualquiera, mi cumple es para hacer un
balance de lo que he hecho en esta vida, de lo que he compartido y regresado a tan hermoso planeta.
Consciente estoy que aún me falta un buen trecho pero la brecha la he iniciado
y hoy que cumplo cincuenta y siete años poseo la madurez para vivir
aprendizajes de otra naturaleza, de otra dimensión. Mi corazón se manifiesta en
mis actos, brilla por si solo y celebra que esta alma haya descubierto el
camino de la divinidad.
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