Crear, innovar
Recién he borrado las líneas que me
habían inspirado anteriormente acerca del “trabajo”,
incluso me percate que le he escrito más de una vez, al borrar lo escrito en días pasados lo hice porque no contenían
la esencia de lo que hoy en día es para mí tal acto. Delinear el sentido del trabajo, es delinear
la caída, la entrega y pasión de lo que hago. Caída porque entrego el total de
mis sentidos permitiendo que caiga uno a uno donde deba caer para hacer su
sagrada voluntad. Es como darles plena libertad para hacer, deshacer o rehacer
a voluntad propia. Entrega porque sin importar interferencia alguna centro el todo
para no perder el rumbo de lo que hago. Pasión porque aun antes de nacer ya
tintineaba en mis adentro tal virtud y no requiere definirse, mucho menos
explicarse. El trabajo es una palabra que no sabría cómo definirla, de hecho la
sola palabra no me gusta aun y cuando por años la concebí casi como una virtud,
como un valor, era tal mí entrega que la concebía casi bendita pues no me concebía sin trabajar. Hoy es diferente ya que dista
abismalmente lo que un día fue trabajar a lo que es hoy. Para mi es crear, innovar, cristalizar
acciones y con ello no quiero decir que no me agrade trabajar, reniegue o extrañe
trabajar para nada por el contrario vivo inmersa en la creación pero en la creación
de ideas, en la innovación de cada paso que doy tangible o intangible, en
el desarrollo de habilidades de todo tipo en especial aquellas que evado, el
solo hecho de abordarlas me tornan diferente, en el potenciar mi cerebro para esparcir
las ideas, en el centrar los sentidos a lo largo y ancho de lo que hago por mínimo
que sea el acto. De hecho el trabajo es mi naturaleza y poseo la inteligencia para
dimensionarlo desde otras perspectivas, vivencias, habilidades y experiencias el
solo hecho de llamarlo trabajo ya me disgusta, porque es una palabra que forza,
limita y hasta constriñe. Mirarlo desde tal formalidad destruye toda iniciativa
por ello prefiero llamarle crear, innovar aquello que tenga que hacer por muy
simple que sea. De hecho hoy lo he experimentado en todo su esplendor,
profundidad y toma de conciencia. Esplendor porque me entregue total y
absolutamente a uno de tantos pendientes cotidianos hasta mirarlo cristalizarse. Veo
que soy disciplinada, flexible y amante de lo que hago en especial cuando
concluyo. Profundidad porque ha sido un día extenuante derivado de la entrega y
al concluir el logro, lo más valioso no fue la actividad como tal, fue la
profundidad en sí, experimentada gracias a la bendita meditación. Meditación
que me libero de todo cansancio, negación o refunfuñeo a eso le llamo profundidad; a un trabajo agotador para el cuerpo y sereno para la mente la sola
experiencia me deja increíbles aprendizajes; “meditar al trabajar” Y odiaría que se confundiera tal vivencia con
la odiosa actitud de… amar el trabajo, entregarse o afanarse eso para mí es
superficialidad e incoherencia banal por ello omito en lo posible la palabra
trabajo.
Es casi media noche y me dispongo
para ir a dormir, mañana subiré esta bendita experiencia a mi espacio virtual
contenta de saber que un día fui capaz de darle un giro de 180º a eso que todos
llaman trabajo, yo deje de llamarle así... yo creo, innovo y comparto lo que hago bajo plena
y absoluta conciencia del dar por dar.
Esplendor, profundidad y toma de conciencia rigen mis actos y continuare afinándolos
en cada poro de esta piel, en cada neurona que habita esta cabeza y en el radiante
espíritu que rige mi destino. Soy Consuelo y amo ser.
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