Mi realidad

Mi realidad esta anudada en mi garganta, mi realidad está atrapada en mis neuronas revolotea y revolotea entre sinapsis interminables esperando ansiosamente salir para ser plasmada con las letras que esta mujer delinea con el corazón.

La realidad de mi vida es tan común y corriente como cualquier alma que camina por esta tierra. Soy tan común, tan corriente cual rió que corre entre montañas y valles buscando su destino. Soy tan común cual canto del ave que trina y revolotea por mi paso envolviéndome de una exquisita sintonía. Soy tan corriente en esta linda tierra  que me mueve con delirio para deleitarme con su belleza. Mi realidad es el arte de aspirar el aire para llevarlo a mis pulmones, es perderme entre la bastedad de mi naturaleza. De hecho mi realidad es total y absolutamente natural, soy tan verde, tan oxigenada, tan impregnada del café de la tierra, tan dura como la roca, cerros y montañas y tan liquida como los ríos, mares y océanos que ahora mismo me tienen latiendo de vida. Mi realidad es tan vasta, tan bendecida que amo ser parte de su deidad.

Pero mi realidad también tiene recovecos estancados e inexplorados como la mente que poco a  poco va desintoxicándose de tan abrumantes contaminaciones humanas, es divino mirarla como retorna para oxigenarse  de cristalinos átomos de vida, dispuesta a dar saltos cuánticos. Mi mente dejo de ser terrenal, mi mente ahora está al servicio del corazón y por cada oxigenación que recibe se siente radiante cual cristal traslucido que dimensiona con inteligencia. Es divino mirarla como es capaz de irradiar ecuanimidad, serenidad y total cordura permitiendo a la inteligencia brillar con su vasto potencial.

Mi realidad aun delata secuelas del pasado como el trastrabilleo al hablar, mis palabras aun salen entintadas de ansiedad o ignorancia, bendita ignorancia que solo es el origen de la sagrada inocencia. Aun creo en lo terrenal, mi mente cree en el ser humano y por supuesto que el corazón sufre cuando descubre que todo es “maya” todo es fantasía pero aun así creo, es parte de mi naturaleza, es parte de la inocencia que aún me habita, aun cuando me rodee la negrura terrenal seguiré creyendo que existe la pureza humana es tal mi convencimiento que yo misma soy una muestra de ello y no porque me crea pura y santa para nada por el contrario cometo atropellos verbales, mundanos terrenales y cuando lo hago de inmediato me vuelco hacia mis adentros para hacer una bendita limpieza. Actos que para mí son sagrados porque hago una limpieza profunda además tomo una poderosa conciencia de lo feo que aún me habita. Son actos que amo trabajar en mí, son actos que me van purificando por ello hablo de ser una muestra de la pureza humana, el costo es un verdadero sacrificio al mirarme, sentirme, descubrirme tal cual soy y cuando logro desnudar mi realidad ah! que divino se siente. Segura estoy que retorno al camino que me lleva a la inocencia, aquella que un día me fue legada y que por cuestiones de la vida me dedique a destruirla, gracias a Dios encontré el camino de retorno. Nos pertenece la inocencia aquella que crea, transforma, purifica, es frágil, brillante, cósmica ¿entonces?... porque no volcar todos mis sentidos para recuperarla.

Mi realidad no tiene nada de extraordinario tan solo tomo lo que la vida me da sean alegrías, tristezas, ira o desesperación recibo cada una de ellas para centrarme, mirarlas con el corazón sabia e inteligentemente para ser transformadas en lucidez. Capto los mensaje que la vida me da y cuando los recibo con el corazón todo se transforman en aura, luz y gloria así de increíble es mi realidad, luego entonces cada obstáculo que toca mi corazón es una bendición porque me ayudan a crecer espiritual y mentalmente de no existir obstáculos mi vida no tendría sabor alguno mucho menos oportunidades para transformar esta alma capturada por siglos y siglos en esta tierra. Ahora sí puedo decir que mi realidad se va acercando al más allá y no hablo de la muerte o la vida hablo de aquella dimensión desconocida para almas extraviadas.