Medito al caminar
Ahora que me dispongo a escribir recordé
que en el pasado pensaba; ¿qué letras
voy a compartir? cuestionamientos surgiendo una y otra vez, sobre todo cuando
recién me iniciaba en esto de bosquejar letras e incluso sé que las letras que hoy
en día hilvano aun me piden pulcritud, coherencia, están ansiosas por tocar
profundidad, desean lucidez y brillantes para traspasar barreras. Hoy en día sé
que escribir solo sucede, ya no pienso lo que voy a escribir, lo que he de
bosquejar sucede, sucede casi de la nada me percate de ello al surgir el título
de hoy: medito al caminar.
Así es, medito al caminar… hazaña
que celebro, gozo y me apasiona. Meditar
al caminar es tan profundo que el solo hecho de hacerlo es como si caminara
entre nubes, como si de repente la esencia que habita este cuerpo se
desprendiera. Meditando reflexione sobre la evolución de mi diario caminar por
la vida. Recuerdo que de joven caminaba alocadamente, casi corriendo por llegar,
aun cuando tropezara con todo y con todos e incluso llegue a ser experta en
caídas por doquier, todo por ir pensando y caminando. Luego vino la época de caminar abrumada,
queriendo acabarme el mundo, caminar y caminar pensando en llegar al lugar
deseado y ejele! que para nada. Mas
tarde experimente el caminar mirando al cielo, ah! pero que reverenda ilusa, era
tal mi apasionamiento por Dios que daba por hecho que él me miraba desde el
cielo, me cuidaba, protegía y por si fuera poco alejaba cuanta mala vibra se me
acercara pero el único efecto que sucedía era atinarle a más caídas,
afortunadamente ya no caigo. Miraba al cielo de verdadera desesperación y ansiedad…
a propósito -a Diosito no lo encontré en el cielo-, lo encontré en la tierra
esperándome pacientemente a que aterrizara en mi hogar, en mi templo. Dios!… que divino y bondadoso eres con la
humanidad, nos esperas sabiamente pues sabes que nos rescataras de interminables
locuras. Más tarde llego la época de caminar mirando la naturaleza, los árboles,
las flores, los pajarillos, lo verde cual romántica desesperada, situación que me
trajo complicaciones pues el solo hecho de mirar a un árbol en una ciudad tan congestionada
era motivo de ser cuestionado pues ese árbol que según yo miraba pertenecía
alguna casa y obvio que a sus propietarios les generaba molestia, lo cual era muy
normal y valido. Lo deje de hacer, hoy en día lo comprendo y acepto que interrumpía
el sagrado espacio de otros…así que me disculpo.
Medito al caminar, cuando y porque
sucedió no lo sé, solo fui consciente que podía meditar. Me inicie a meditar durante
mis caminatas matutinas, me llevo un buen de tiempo, hablo de tres o cuatro
años. Hoy mi conciencia se torna más lucida al sentir que soy capaz de meditar
caminando, además no caigo al piso por caminar y pensar.
Es realmente una delicia caminar
centrada, centrada en Dios, ahí es donde realmente habita, no sé qué andaba
haciendo por las alturas o mirando espacios de otros, eso era síntoma de ansiedad,
frustración e incluso desesperación, enfermedades que afortunadamente he
superado gracias a la meditación. Hoy medito al caminar, centrada, aspirando el aire que me toca, sintiendo el canto de la
vida. Camino meditando, centrada en el corazón y es tan prodigioso hacerlo que
el solo hecho de escribirlo es como si atrajera la luz del como sucede. Medito al caminar y se
ilumina mi camino, es una sensación indescriptible. Al meditar sea donde sea,
haga lo que haga siento eso que llamo magia, descubro que difícilmente
encuentro obstáculos y si me topo con alguno de ellos solo me detengo y el obstáculo
desaparece, no es que lo salte, el obstáculo solo desaparece, es increíble sentirlo,
sentir como los obstáculos se diluyen, se requiere vivirlo para sentirlo de no ser
así hoy estaría redactando incoherencias. Todo… absolutamente todo lo hago
meditando. Meditar para mí ha sido la sanación a todos mis males, males que yo
misma había creado, es como si estuviera recién nacida absorbiendo la esencia
de la vida, mirándola desde el plano celestial, sintiendo como Dios me ha
tomado de la mano para mostrarme el camino. Gracias a la meditación estoy con
El. Gracias “Diosito”.
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