Oportunidades
Las oportunidades las he experimentado desde el día
de nacer. El solo hecho de tener vida es una increíble oportunidad. Oportunidad
es esa minúscula experiencia que se pone frente a mí y puede llegar con
sensaciones fabulosas o experiencias desastrosas, sea cual sea su tonalidad las
recibo. Sea que me dejen temblando o irradiando una u otra experiencia al final
son oportunidades, magnificas oportunidades de crecimiento, de fortalecimiento
espiritual. Hace tiempo intente buscar la definición de espíritu pero solo me
topé con definiciones invadidas de lógica y análisis como si fuesen escritas
para que mortales como esta mujer de amplia inteligencia pero mínima capacidad
de lógica para comprender definiciones tan abstractas. Pero lo increíble es que ahora lo entiendo, lo vivo.
Siento mi espíritu sin necesidad de definición alguna e incluso sé que es simple, etéreo, una divina sensación
me impregna de él. Deduzco que mi espíritu me despierta a la vida para recibir
toda oportunidad que me envía el destino como el dejar de buscar definiciones
gloriosas. Mis principales oportunidades las resumo desde la
grandiosa adquisición del conocimiento para expandir habilidades tanto como lo
desee mi corazón hasta el sentirme derrotada por la vida.
He hablado, enjuiciado y respetado el conocimiento
por su vastedad infinita y cuando escuchaba decir; el conocimiento es libertad,
no lo comprendía, mucho menos lo sentía, solo sabía que había que obtenerlo
para sentir eso que llaman libertad e incluso llegue anhelarla desesperadamente.
Las oportunidades para adquirir el conocimiento se me presentaron casi
casualmente, como casualmente hoy continúo adquiriéndolo hecho que me lleva a
ratificar; el conocimiento es libertad.
El conocimiento me permite mirar más allá de lo que
se mira en la cotidianeidad.
El conocimiento me permite traspasar el aire que
respiro para sentir su pureza, contaminación o enmohecimiento de lo que sucede
a mí alrededor.
El conocimiento me da la libertad de conocer con muchísima
anticipación el origen de lo que me rodea.
El conocimiento me da la confianza de sentirme en la
tierra.
Ahora me atrevo a expresar fehacientemente que el
conocimiento me da libertad pues no es lo mismo hablarlo que vivirlo para
sentir tan magnífica oportunidad de respirar por uno mismo.
Una oportunidad más fue el sentirme derrotada por la
vida, pero la vida nada tuvo que ver con tal sentimiento, la vida solo coloco
frente a mi oportunidades terrenales. Expresarlo no es curación emocional o
ponerme una curita para cicatrizar el alma, para nada es cuestión de mirar
diferente los sucesos que me acontecen, sucesos que no han concluido quizá siga
fracasando, tropezando o cayendo y está bien porque gracias a cualquiera de
ellos evoluciono. Divinas oportunidades de vida, si divinas porque cada obstáculo
me lleva a la evolución, mis sentidos están más alerta, más sensibles soy más
consiente pero sobre todo me centran. Aplaudo tan dolorosos, inciertos,
angustiantes y tenebrosos tropiezos pues segura estoy que para el siguiente que
se me presente ya sabré cómo se siente y eso solo lo puedo ver como una
exquisita oportunidad de vida, pues sin ellos mi vida continuaria en esta
dimensión terrenal. Sentirme derrotada fue una gloriosa oportunidad de vida para
mirarme tal cual soy, sentir mis capacidades, vomitar mi maldad, purificar el
corazón, abrazar uno a uno de mis dones y dejar que cada poro de mi piel se
fuera impregnando de; amor. El amor exento
de trivialidades, el amor capaz de centrarme en EL. El amor me invadió no para
ser buena no, pues estaría llamando a la maldad que afortunadamente vomite, el
amor llego a mí para sentir otra dimensión. Guau!!! eso sí que son obsequios
invaluables.
No contabilizo mis oportunidades pues si lo hiciera
estancaría mi destino. Solo plasmo las oportunidades que me han sido obsequiadas
y para cerrar mi derroche de efusividad daré las gracias a mis benditas
emociones, emociones que van de la ira a la felicidad. He hablado tanto de
ellas que ya me son familiares.
Cuando la ira se apodera de mí, la serenidad llega
para adherirse a ella y equilibrarse. Es fácil decirlo, hacerlo es brutal, si
brutal, consciente estoy que me escucho grosera pero solo mi grosería es capaz
de definir tan avasallante logro. Fue una oportunidad de vida que ejecute sin
cuestionar, sin evadir, recibiéndolas a flor de piel hasta cristalizar a ambas;
ira y serenidad. Hoy puedo decir con toda sinceridad que me encamino al
equilibrio emocional gracias a infinidad de oportunidades que se me presentan para
encontrarme con la alegría, la tristeza, el llanto, la ira y a todas ellas les voy
dando la bienvenida. Las voy dejando
salir, pareciera que estaban atrapadas en mis células y aclamaban respirar. Les
fui erigiendo un templo dentro de este corazón hasta fusionarlas. Aun me falta
lo sé, pero segura estoy que oportunidades no me faltaran para seguirles dando
la bienvenida a ellas, a mis “benditas
emociones”.
Cada oportunidad que me envía la vida la recibo sin apelar
sean buenas o malas cada una de ellas me han obsequiado experiencias terrenales
para ser diferente, así que porque no dejarlas entrar a todas sean las que sean.
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