Recortes
Me aterra prepararme para grabar, aun cuando llevo años haciéndolo, aun
cuesta a mi cerebro, coordinar toda una serie de acciones en un solo evento. En
fin solo es un pretexto para evadir al cerebro y darme un preámbulo para plasmar este terror bajo la delicia de mis letras. Dejar salir los
obstáculos que voy librando me lleva a familiarizarme con ellos y eso me hace
feliz pues me recuerda como me inicie torpe, insegura y con un lenguaje
apagado. Mirar a lo lejos aquel inicio me lleva a confirmar como hoy se ha traducido en una exquisita confianza. Aun
cuando me aterre para iniciar, solo es el despegue, después todo se da
fabulosamente. Ahora mismo que me he desviado de la edición de uno de mis vídeos para plasmar un recorte de mi realidad mi corazón se pone feliz por saber que vive dentro de una atrevida mujer.
Me ha crecido el pelo, el rostro ya no está
agrietado, mi cerebro toma ideas al azar, al caminar o al abrir
un libro cualquier instante me inspira para diseñar lo que será un acto para
compartir, como este. Cuando me pongo a trabajar mente y cuerpo experimentan
serenidad, concentración y una deliciosa
entrega en lo que hago. He afinado algunos de mis dones como el ser más
intuitiva, percibir con mayor claridad y utilizo el cerebro de manera simple, sencilla y humana. Esa es mi pasión y
aunque a veces debo pasar horas y horas diseñando, amo lo que hago, en especial
cuando llego a dominar un nuevo aprendizaje o culminar metas proyectadas, entonces el terror desaparece. Ahora me voy a
seguir editando lo que será un nuevo video para compartir.
Un recorte sin editar
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