Tu cuerpo
La
gente llamada religiosa siempre recuerda: “No somos el cuerpo” pero nunca recuerdan:
“No somos la mente”. El cuerpo no constituye esclavitud alguna. ¡La mente es la esclavitud! ¡Tu cuerpo no es la esclavitud en
absoluto! Tu mente lo es. Tu cuerpo proviene de la naturaleza, de lo
Divino, y tu mente proviene de la sociedad.
Por eso el cuerpo posee una belleza, pero nunca la mente. La mente siempre es algo feo es una cosa
cultivada, un falso montaje. El cuerpo
constituye una dimensión maravillosa y si puedes desprenderte de la mente, no
percibirás conflicto alguno con el cuerpo.
El cuerpo se transforma en una puerta hacia algo más grande, hacia la
expansión infinita. No hay nada
desagradable en el cuerpo, el cuerpo es la fuente de toda sensibilidad. Si decides empezar a ir en contra del cuerpo,
te vuelves insensato
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