Imaginario
A eso que tanto pavor siento… a la lógica,
a eso me estoy aventurando. Soy experta en lo impredecible, lo aventurado, lo
poético y hasta lo ridículo pero aquello que me demanda un profundo esfuerzo cerebral
de análisis o síntesis me aterra, pero conociéndome es el terror el que tomo para aventurarme en
la lógica, así de simple enfrento mis miedos. Al hacer análisis o síntesis mi cerebro me demanda atender todo ordenador neuronal, me
exige entrar en una profunda reflexión de aquello que voy a diseñar, luego debo esforzar neurona
a neurona para ir plasmando la idea bajo la lupa de la sincronía. Me tomo todo
el tiempo necesario para ir desarrollando habilidades ante la búsqueda de errores, ante toda
idea que emprendo, ahora mismo mis letras son una idea, una arquitectura de mis actos. Persigo mis evasiones a la lógica para realizar aquello que me demanda reflexión
y cuando miro el resultado un chapuzón de felicidad me embarga pues descubro la
capacidad de la inteligencia. Entre mente y corazón voy diseñando nuevas
estructuras de pensamiento, apilando detalles, hilvanando coherencia, zurciendo
bloques de esfuerzo e impregnando todo mi ser de inspiración. Soy experta en disciplinarme
lo cual facilita el resultado así es como descubro que el pavor paraliza la mente, un mecanismo que paraliza tan divino cerebro. Descubrirlo es mirar que soy la causante y única responsable
de erradicar tal ridiculez, luego me pongo a trabajar en ello para no andar dándole
vueltas y vueltas a lo que paraliza mi cerebro.
Mente y corazón son divinidades puestas en mi ser y descubrirlas ha sido
una tremenda faena que me ha requerido de un trabajo diario, disciplinado y
coherente para lograr aquello que me he perdido por tantas vidas; el instante
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