Camine con Jesús
Camine con Jesús
y caminar con él fue como caminar abrazada por su esencia. Él, de pronto surgió de entre
la obscuridad por pasillos que recorría en un mercado alejado de casa. Los
aromas me obligaban a caminar a prisa pero él surgía una y otra vez de entre lo
obscuro de aquel lugar. Apenas lo alcanzaba a mirar por lo tenue de la luz viniendo
de veladoras encendidas o pálidos focos
tintineando cerca de su imagen. Fue entonces cuando me centre en él y dejo de
importarme el panorama ambiental. A
partir de aquel instante de reflexión, continúe recorriendo aquellos pasillos, serena con un lento caminar, haciendo las
compras cotidianas de casa y meditando tan sagrada presencia en mí. Un
mercado que me resultaba familiar pues lo conozco desde la infancia, ahí trabaje
de niña, mi madre me llevaba a
vender ahi y estoy convencida que fue ella quien me encamino nuevamente aquel lugar.
Cada que llego la evoco, como agradeciéndole por mostrarme el camino, aun en
este instante que escribo lo hago. Fue como si me estuviese enviado señales
para detenerme a mirarlo, mirarlo a ÉL manifestándose en aquellos espacios, para mirarlo con el corazón sin prejuicio alguno. Fue entonces cuando me percate que por ahí camina
la espiritualidad tomada de la mano de Jesús y yo me sumaria a ellos. Al llegar a casa coloque a Jesús sus flores y le deje encendido mi corazón,
agradeciéndole el divino instante obsequiado
a esta mujer.
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