Rebelde

Sí, me confieso absoluta y totalmente rebelde. Y saberme rebelde me hace dichosa. Llegar a comprende la verdadera naturaleza de mi rebeldía ha sido un tremendo logro terrenal. Una revolución dentro de mi se produjo misteriosamente y todo gracias a mi linda rebeldía. Ya desde niña me sabía rebelde pero tendía  a sentirla borrosa, incierta, con miedo y sobre todo a confundirla con aquello que viene del exterior, no alcanzaba a mirarla con nitidez. Cuando descubrí su real magnificencia conocí el Consuelo de Ser, y eso me esta sucediendo en este instante; Ser. Una sagrada rebeldía me envuelve cual halo de energía impregnándose  en cada célula de este cuerpo. Una rebeldía centrada en la meditación pura. Qué bien se siente ser un espíritu que toca lo terrenal, que aspira la bendita naturaleza, que se convierte en música y brillantemente salta obstáculos. Guau! pero que bien se siente, sentir. Y todo lo logre gracias a mi bendita rebeldía.
Toda mi energía se concentra en el interior dejándome maravillada de los descubrimientos que va realizando a medida que se interna más y mas en este Ser. Un ser que una vez estuvo lleno de obscuridad, pero ahora la luz ilumina mi habitación y por cada mota de luz que se enciende, la dicha se hace indescriptible. Solo el templo exterior da fe de ello y fue mi rebeldía quien lo ocasiono. Ser rebelde no es una cuestión de negación, oposición o como le quieran llamar mundanamente. Ser rebelde viene desde el centro mismo, de dentro, aun cuando se intenta aplacarla ella se manifiesta, ella sigue vibrando poderosamente. Ser rebelde me exigió tocar la muerte, dejándome inerte, sentirme cual guiñapo que nada vale arrumbado por las calles, caminando sin rumbo alguno, pateada, en concreto apestada. Me leo violenta, devaluante y asquerosamente agresiva pero así debió suceder. Así debió ser la guerra que debí vivir, y no quiero decir con ello que termino, no, sería una perfecta tonta. Continuara en tanto tenga vida, la gran diferencia es que yo transforme la guerra en rebeldía, “mi sagrada rebeldía” y soy rebelde no para seguir luchando, no. Soy rebelde, porque finalmente permito que otros luchen. Yo aprendí a vivir sin ser un obstáculo para aquellos y aquellas que luchan, que están en constante guerra y aprecio tan desafortunada guerra o revolución, no sé cómo llamarle, que se atravesó por mi camino, porque de no haberme sucedido en estos momentos estaría siendo una mujer con más de lo mismo, reprimiendo mi sagrada esencia. Ahora soy capaz de recibir todo lo que venga del exterior gloriosa y divinamente y cuando digo todo, lo digo vehementemente: “todo”

Soy Consuelo y amo Ser

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