Vida en tus celulas
Un hombre que nunca ha estado triste, no podrá ser
verdaderamente feliz. Es imposible para él el ser feliz. Su felicidad será
solamente un simple gesto, vacío, impotente. Puedes observarlo en las caras de
la gente cuando ríen; su risa es muy superficial, solamente está dibujada en
sus labios. No tiene relación alguna con su corazón; está absolutamente desconectada.
La verdadera felicidad proviene del estar vivo, de tus
células sanguíneas, de tu energía, de tu vitalidad, de tu juventud interior.
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